http://unencuentroconlapalabra1.jimdo.com/

facebook un encuentro con la palabra

http://www.amigosporisrael.org/

 

 

 

Proverbios 30 :20 La Biblia de las Américas (LBLA)

 

 

 

 

Palabras de Agur

 

 

 

30 Palabras de Agur, hijo de Jaqué: el oráculo[a].

Declaración del hombre a Itiel, a Itiel y a Ucal.

Ciertamente soy el más torpe de los hombres,
y no tengo inteligencia humana.
Y no he aprendido sabiduría,
ni tengo conocimiento del Santo.
¿Quién subió al cielo y descendió?
¿Quién recogió los vientos en sus puños?
¿Quién envolvió las aguas en su[b] manto?
¿Quién estableció todos los confines de la tierra?
¿Cuál es su nombre o el nombre de su hijo?
Ciertamente tú lo sabes.

Probada es toda palabra de Dios;
El es escudo para los que en El se refugian.
No añadas a sus palabras,
no sea que El te reprenda y seas hallado mentiroso.

Dos cosas te he pedido,
no me las niegues antes que muera:
Aleja de mí la mentira y las palabras engañosas,
no me des pobreza ni riqueza;
dame a comer mi porción de pan,
no sea que me sacie y te niegue, y diga:
¿Quién es el Señor?,
o que sea menesteroso y robe,
y profane el nombre de mi Dios.

10 No difames al esclavo ante su amo,
no sea que te acuse[c] y seas hallado culpable.

11 Hay gente[d] que maldice a su padre,
y no bendice a su madre;
12 gente que se tiene por pura[e],
pero no está limpia de su inmundicia;
13 gente de ojos altivos,
cuyos[f] párpados se alzan en arrogancia;
14 gente cuyos dientes son espadas,
y sus muelas cuchillos,
para devorar a los pobres de la tierra,
y a los menesterosos de entre los hombres.

15 La sanguijuela tiene dos hijas, que dicen: ¡Dame! ¡Dame!
Hay tres cosas que no se saciarán,
y una cuarta que no dirá: ¡Basta!
16 El Seol[g], la matriz estéril,
la tierra que jamás se sacia de agua,
y el fuego que nunca dice: ¡Basta!
17 Al ojo que se mofa del padre,
y escarnece[h] a la madre,
lo sacarán los cuervos del valle,
y lo comerán los aguiluchos.

18 Hay tres cosas que son incomprensibles para mí,
y una cuarta que no entiendo:
19 el camino del águila en el cielo,
el camino de la serpiente sobre la roca,
el camino del barco en medio del mar,
y el camino del hombre en la doncella.
20 Así es el camino de la mujer adúltera:
come, se limpia la boca,
y dice: No he hecho nada malo.

21 Por tres cosas tiembla la tierra,
y por una cuarta no se puede sostener:
22 por el esclavo cuando llega a ser rey,
por el necio cuando se sacia de pan,
23 por la mujer odiada cuando se casa,
y por la sierva cuando suplanta a su señora.

24 Cuatro cosas son pequeñas en la tierra,
pero son sumamente sabias:
25 las hormigas, pueblo sin fuerza,
que preparan su alimento en el verano;
26 los tejones, pueblo sin poder,
que hacen su casa en la peña;
27 las langostas, que no tienen rey,
pero todas salen en escuadrones;
28 y el lagarto, que se puede agarrar con las manos,
pero está en los palacios de los reyes.

29 Hay tres cosas majestuosas en su marcha,
y una cuarta de elegante caminar:
30 el león, poderoso entre las fieras,
que no retrocede ante ninguna;
31 el gallo, que se pasea erguido[i], asimismo el macho cabrío,
y el rey cuando tiene el ejército con él.

32 Si has sido necio en ensalzarte,
o si has tramado el mal, pon la mano sobre tu boca;
33 porque batiendo la leche se saca[j] mantequilla,
y apretando la nariz sale sangre,
y forzando[k] la ira se produce[l] contienda.

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

 

 

Jovenes Cristianos – ESTA BIEN, ESTA MAL

Pasaje clave: Levítico 18 al 20.

 

 

Seguramente te preguntaste muchas veces qué cosas están bien y qué cosas están mal especialmente cuando ves o escuchas que cada uno hace lo que se le da la gana. Si muchas personas (ricos, famosos o las minorías que reclaman y exigen sus derechos) hacen determinada cosa, ¿estará bien y será bueno? Y si muchos otros no lo hacen, ¿será malo y no habrá que hacerlo?

Si muchos creen en “algo” y lo practican, ¿será correcto creerlo y practicarlo?

Si una ley afirma que se puede practicar la prostitución callejera, el matrimonio gay y la homosexualidad, y que se puede fumar droga, ¿será correcto?

¿Todo lo legal es bueno? ¿Lo legal es siempre justo? ¿Las leyes expresan el bien para la mayoría?

¿Qué cosas están bien y cuáles están mal? ¿Qué cosas puedo hacer sin pecar y de cuáles me conviene cuidarme para no “caer” como un tonto?

Si estas son algunas de tus dudas préstale muchísima atención a estos capítulos. Vas a encontrar de todo.

¿Cómo quiénes no te conviene ser y qué es lo que si te conviene seguir? ¿Por qué? (18:1 al 5).

¿De qué tienes que cuidarte sexualmente hablando? (18:6 al 19).

¿Cuántos desnudos ves por T.V, en videos, en revistas, por Internet, calentándote la cabeza, sintiendo ganas de masturbarte y pecando contra Dios? ¿O pecando en tu mente contra tu novia/o, o esposa/o?

¡Pero todos lo hacen! ¿Y? Que lo hagan. ¡Pero tú no te contamines! No eres como ellos. Tú eres santo y no eres menos hombre o menos mujer por no hacerlo, por abstenerte sexualmente o por cuidar tu virginidad.

¿Qué otras cosas no están bien en lo referente al sexo? (18:20 y 22, 19:29. 20:10 al 14, 21).

¿Qué dice acerca de las perversiones sexuales? (18:23 al 25 y 20:15-16).

¡Pero todos lo hacen! ¡Cualquiera tiene sexo con la mujer que le gusta! ¡Y cualquier chica encara a algún muchacho para acostarse con él! ¡Un montón de hombres son gays y está lleno de lesbianas! La sociedad los acepta como un tercer sexo. ¿Y? Que lo hagan. ¡Pero tú no te contamines! No eres como ellos. Tú eres santo y no eres menos hombre o menos mujer por no hacerlo. Dios juzga estas perversiones porque para Dios no existe “un tercer sexo”. Él nos creó como hombres y mujeres. Punto.

Y aunque la ley de muchos países nos obligue a aceptar todo esto, tienes que saber que no es moralmente aceptable ni éticamente correcto. Que algo sea legal no lo transforma en bueno.

También tienes que saber que por pensar de esta forma serás tildado de “discriminador”, “homófobo” (fobia a la homosexualidad), “ignorante”, “represor”, “intolerante”. Pero, tranquilo, no eres lo que la gente dice que eres. Como hijos de Dios amamos y respetamos a todos los seres humanos, sean o no homosexuales, se prostituyan o no, pero no aceptamos sus valores, no aceptamos sus principios de vida, ni estamos de acuerdo con sus prácticas, y tenemos el mismo derecho a opinar que ellos, que no aceptan nuestros valores ni están de acuerdo con nuestra fe. Pero tú, vive de acuerdo a los valores de Dios y te irá bien en toda tu vida.

¿Y con respecto al satanismo, al ocultismo, a la adivinación y a la idolatría? (18:21, 19:4, 26, 28 y 31, 20:2 al 6 y 27).

¡Pero todos lo hacen! Todos tienen ídolos, van a los curanderos, rezan a los santos y a las vírgenes. Todos se atan cintas rojas y hacen promesas. Se ponen aritos, se hacen tatuajes en el cuerpo y leen el horóscopo. Creen en Sai Baba o toman extraños brebajes.

¿Y? Que lo hagan. ¡Pero tú no te contamines! No eres como ellos. Tú eres santo y no necesitas nada de esto porque en todas estas prácticas hay perturbaciones espirituales. Pero tú tienes la vida de Cristo. Disfrútala porque eres más que cualquier seguidor de demonios.

Mira lo que dice acerca de la manera de hablar (19:11-12, 14 y 16).

¡Pero todos lo hacen! Todos insultan, se burlan, mienten, son chismosos. ¿Y? ¡Que lo hagan! ¡Pero tú no te contamines! No eres como ellos. Tú eres santo y no eres “tontito” por no hacerlo.

¡Y hay más! Pero todo esto no es para convertirte en un “tonto de iglesia” amargado y aburrido, sino para que vivas bendecido y bendiciendo a otros. No te contamines. Sé santo. La santidad no es una larga lista de prohibiciones, sino una cobertura de protección sobre tu vida para que disfrutes de todo en libertad.

 

 

Extracto del libro: “Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Éxodo/Levítico”

Por Edgardo Tosoni

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

 

 

Me cuesta perdonar

 

 

Entonces los soldados del gobernador llevaron a Jesús al palacio. Reunieron a toda la compañía de soldados alrededor de él. Le quitaron la ropa y le pusieron un manto de color morado. Hicieron una corona hecha de espinas, se la colocaron en la cabeza y le pusieron una caña en la mano derecha. Se arrodillaron ante él y se burlaban, diciendo: «¡Viva el rey de los judíos!» Luego le escupieron, tomaron la caña y le pegaron en la cabeza. Cuando acabaron de burlarse de él, le quitaron el manto, le pusieron su ropa y lo sacaron para crucificarlo. Mateo 27:27- 31 (PDT)

Esta es una de las escenas más tristes y dolorosas que vivió nuestro Señor Jesucristo, porque no sólo fue herido físicamente sino también emocionalmente. Al leer estos versículos podemos ver que Él fue acusado, burlado, insultado, golpeado, herido y humillado injustamente. ¿Cómo crees que se sentía Jesús en ese momento? O ¿Cómo te sentirías tú? Me imagino que muy afligido y adolorido. Pero aunque no lo creas, la reacción de Jesús frente a una situación tan dolorosa y humillante fue: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.” Lucas 23:34

Es complicado hablar de amor cuando alguien nos ha hecho mucho daño física y emocionalmente. Es más, es difícil decir que amas y perdonas a alguien que ha dejado marcas profundas de dolor en tu vida. Lo aparentemente normal es que dejas de amar a esa persona, dejas de hablarle, ya no confías, tienes miedo, pierdes toda clase de esperanza, actúas con poca paciencia y poco a poco entra el resentimiento, la amargura, el enojo, el odio y por último la venganza. Lo cual viene del diablo.

Piensa un momento en los golpes, ofensas, y humillaciones que Jesús sufrió. Luego piensa en las cosas parecidas que te hicieron a ti. Ahora medita en la palabra que Jesús dijo a favor de aquellos que lo humillaron. “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.”

A pesar de todo lo que sufrió, Jesús tuvo misericordia y extendió su amor a todos los que le hicieron daño. Y antes de morir, y resucitar al tercer día, Él los perdono.

Jamás disfrutarás de libertad y paz en tu corazón sino perdonas a los que te han hecho daño. Porque donde está el Señor, ahí hay libertad. La clave está en guardar y obedecer su palabra. “Bendecid a los que os persiguen; bendecid y no maldigáis…No paguéis a nadie mal por mal, procurad lo bueno delante de todos los hombres. No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.” Romanos 12:14-19.

Si obedeces la palabra de Dios, comenzarás a experimentar una paz hermosa en tu corazón.

“Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.”Mateo 5:7

 

 

 


Diego Jora 
CVCLAVOZ