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Proverbios 6:2 La Biblia de las Américas (LBLA)

Advertencias al fiador y al perezoso

 

 

Hijo mío, si has salido fiador por tu prójimo,
si has dado promesa a[a] un extraño,
si te has enredado con las palabras de tu boca,
si con las palabras de tu boca has sido atrapado,
haz esto ahora, hijo mío, y líbrate,
ya que has caído en la mano[b] de tu prójimo:
ve, humíllate e importuna a tu prójimo;
no des sueño a tus ojos
ni adormecimiento a tus párpados;
líbrate como la gacela de la mano del cazador,
y como ave de la mano del que caza.

Ve, mira la hormiga, perezoso,
observa sus caminos, y sé sabio.
La cual sin tener jefe,
ni oficial ni señor,
prepara en el verano su alimento,
y recoge en la cosecha su sustento.
¿Hasta cuándo, perezoso, estarás acostado?
¿Cuándo te levantarás de tu sueño?
10 Un poco de dormir, un poco de dormitar,
un poco de cruzar las manos para descansar,
11 y vendrá como vagabundo[c] tu pobreza,
y tu necesidad como un hombre armado[d].

12 La persona indigna, el hombre inicuo,
es el que anda con boca perversa,
13 el que guiña los ojos, el que hace señas[e] con los pies,
el que señala[f] con los dedos,
14 el que con perversidad en su corazón, continuamente trama el mal,
el que siembra[g] discordia.
15 Por tanto su desgracia vendrá de repente;
al instante será quebrantado, y no habrá remedio.

 

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

¿Cómo Caminar En La Verdad De Dios?
Publicado por: Devocionales en Preguntas y Respuestas Cristianas, Respuestas Cristianas 1 Comentario

 

 

 

“…HABLAD CADA UNO A SU PRÓJIMO CON LA VERDAD…” (Efesios 4:25 CST)
Jesús dijo: “…Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres” (Juan 8:32). Pero en el proceso, la verdad te puede hacer daño… Una escritora comenta: “La verdad puede ser muy incómoda.” Hay momentos clave donde necesitamos ser valientes y decirla, o actuar en base a ella. En esos momentos se forja el carácter y se refuerzan las relaciones.

Una tarde de verano un grupo de mis compañeras de estudio bíblico y yo decidimos montar a los niños en los coches e irnos a pasar la noche al rancho de una de nosotras. Otra amiga que no había sido invitada llamó a la conductora del primer vehículo de la caravana para ver si podían verse. La amiga se puso nerviosa, y puesto que no quería herirla, le dijo que no podía porque estaba ocupada en otra cosa; fue una mentira de omisión, dicha para no herir los sentimientos y preservar la relación. A los pocos minutos yo llamé a la misma amiga, sin saberlo, para decirle que un grupo de nosotras iba al rancho y que nos veríamos al día siguiente… De repente se hizo un silencio en el teléfono. Ella estaba muy herida por no haber sido invitada… y porque la otra amiga le había mentido. Hubiera preferido la verdad, aunque le hubiera dolido, a la decepción.
Dijo Pablo: “…Desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo, porque somos miembros los unos de los otros” (Efesios 4:25)… Las normas sociales nos han condicionado a ser amables y no incomodar a nadie; por ello, lo primero que tenemos que hacer es “desaprender” algunos conceptos aprendidos acerca de la verdad. Más tarde en el estudio bíblico, hablamos del incidente. Todas nos beneficiamos de la discusión y aprendimos algo muy importante: aunque duela, la amistad se profundiza en el terreno fértil de la sinceridad”.

“…QUERIENDO YO HACER EL BIEN, HALLO ESTA LEY: QUE EL MAL ESTÁ EN MÍ” (Romanos 7:21)

A menos que te propongas por encima de todo decir la verdad, existe una “ley” que dicta nuestros comportamientos, y aun cuando queramos hacer bien, “el mal está ahí”. La realidad es que nuestra “configuración por defecto” (la que nuestro ordenador interior selecciona automáticamente a menos que optemos deliberadamente por otra opción) es siempre hacia una relajación de los principios. Un escritor comenta: “Vivo en Atlanta… ahí crece una planta llamada kudzu (pueraria lobata)… una vez que aparece trepando por un árbol o una cerca, si no se la mata inmediatamente, se apoderará de toda la vivienda. Un pequeño engaño… una omisión sutil… decir una mentira piadosa… todo eso es como plantar una semilla de kudzu en el jardín de tu corazón. Para mí es como una pendiente peligrosa, o como tomar un atajo en una carretera no señalizada; pienso que he encontrado el camino más corto… me hago perezoso… y luego me pierdo.


Si dejo pasar una infracción contra la integridad sin corregirla, siento la llamada del Espíritu Santo, pero a veces hago caso omiso y sigo con mis quehaceres… entonces doy el primer paso para vivir en la oscuridad moral. Las pequeñas mentiras son como bolas de nieve rodando por una pendiente… se les pega más nieve al bajar y se hacen cada vez más grandes. ¿Cómo permanecemos en la verdad cuando estamos predispuestos a transigir?

Primero: Tenemos que encomendar nuestro caminar a Dios todas las mañanas, antes de empezar el día. Eso se hace con oración y lectura bíblica. Al hacerlo, elegimos la luz frente a la oscuridad, cuando todavía no hemos tenido tiempo de fallar.

Segundo: Tenemos que ser sensibles a la guía del Espíritu. Es una decisión personal, pero nuestro crecimiento será en función del tiempo y devoción que dedicamos a nuestro caminar con el Señor”.

“…PONEROS EL ROPAJE DE LA NUEVA NATURALEZA, CREADA A IMAGEN DE DIOS…” (Efesios 4:24 CST)

Una cosa es desear la verdad; pero para proseguirla, tenemos que “…[quitarnos] el ropaje de la vieja naturaleza… y [ponernos] el ropaje de la nueva… creada a imagen de Dios…” (Efesios 4:22-24 CST). Alguien escribió: Debemos estar dispuestos a enfrentar cosas que “la antigua naturaleza” quiere evitar… No es fácil y se requiere una buena dosis de humildad y aceptar que nos vamos a sentir incómodos… El remedio más rápido es el más inmediato e incómodo: “confesar” en el momento. Así lo hice yo.

Durante una fiesta un grupo de mujeres estaba discutiendo su compromiso con una organización; yo quería ser aceptada, así que les dije que trataría de involucrarme también; pero nunca participé… sabía que había mentido, pues nunca había tenido el deseo de dedicarle ningún tiempo a ello… es más, ¡los comités me dan alergia! Más tarde, aunque mis intenciones fueron nobles, la forma en cómo lo “solté” fue un poco torpe: ‘Perdonad, os mentí, nunca me he ofrecido para ese tipo de cosas y no es mi deseo hacerlo ahora’. Todas estaban calladas, mientras yo trataba de recordar dónde había dejado el bolso para poder salir corriendo de allí. Pero de repente, casi milagrosamente, todas se echaron a reír… No importa lo incómoda que nos resulte la verdad… ésta nos hará libres.

La persecución de la verdad es como el ascenso contra corriente del salmón… el mundo dice que la verdad puede cambiar según las circunstancias, las comparaciones, nueva información o el grado de experiencia. Pero en realidad, la verdad no es relativa. No se puede justificar la mentira ni adaptar la verdad a nuestro estado de ánimo y preferencias. Por eso es tan importante la disposición de nuestro corazón… cuando no podemos o no queremos buscar una alternativa verdadera, tenemos que depender de lo que nos dice un corazón entrenado para la sinceridad”.

 

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

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REFLEXION

No los ignores

 

 

 

Jacob August Riis, nació en Dinamarca el 3 de mayo de 1849 y emigró a Estados Unidos en 1870. Junto con su llegada a un país con costumbres distintas, fue recibido por una falta de oportunidades laborales y destinado a vivir en uno de los barrios más empobrecidos de New York.

Sin embargo, la profesión de fotógrafo lo ayudó bastante a superarse. Empezó a trabajar en algunos periódicos locales y poco a poco demostró un trabajo siempre impecable y una habilidad especial para capturar fotografías emotivas en el momento preciso.

Con el paso del tiempo logró superarse económicamente, dejando el viejo barrio donde vivía y marchándose a un lugar mejor, su nivel social comenzó a subir y cada vez era más conocido en los estratos altos Neoyorquinos; pero en su interior siempre recordaba el lugar marginal en el que fue a parar como recién llegado a un país extraño. Era algo triste porque los amigos que pudo hacer en ese lugar, con los que alguna vez compartió una hogaza de pan, no tuvieron las mismas oportunidades que él.

Aunque regresó por varios meses a su barrio para ayudar en lo que podía, nunca era suficiente porque la necesidad era mucha. Una noche, bajo la fuerte influencia del insomnio por tanto meditar en la forma en la que podía hacer algo por la gente que vivía con escasos recursos, tuvo la idea de publicar un libro de fotografías en las que mostraba las condiciones lamentables en las que vivía las personas en el mismo corazón de New York.

La gente al ver el libro reconoció a muchas personas: al que le vendía los periódicos, al repartidor de leche, al que vendía pan, al lustra botas, etc. Y comenzó a concientizarse y a ayudar. Lo más sorprendente es que mucha de esa necesidad, siempre estuvo ahí con ellos, pero no pudieron verla sino hasta después de contemplar el libro publicado por Jacob.

Esa misma falta de visión ante la necesidad de las personas pasaba en los tiempos de Jesús. El pasaje bíblico en Marcos 10:46-52, cuenta la historia de un ciego llamado Bartimeo mendigando a la orilla del camino, pero al oír que Jesús pasaba por ahí comenzó a gritar pidiendo ayuda. Lo más extraño fue la reacción de los discípulos los cuales actuaron con una sorprendente ceguera ante la necesidad de este hombre al hacerlo callar.

Quizás nunca hiciste callar a alguien que pide ayuda, pero una forma de minimizar su voz de clamor es ignorarlo. El relato continua mencionando que Jesús si oyó el clamor de Bartimeo y acudió en su ayuda.

Hay gente que tiene necesidades y que está mucho más cerca de lo que podemos imaginar. Solo necesitamos observar alrededor nuestro y hacer lo mismo que hizo el insigne apóstol Pedro: “No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy…” Hechos 3:6 versión Reina-Valera 1960

Además, los actos de compasión que mostramos para con los demás, preparan el terreno para sembrar la semilla del evangelio.

“Dichoso el que piensa en el débil y pobre; el Señor lo librará en tiempos malos.” Salmos 41:1 Versión Dios Habla Hoy.

 

 

 

Héctor Colque 
CVCLAVOZ