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Salmos 56: 4 La Biblia de las Américas (LBLA)

Oración de confianza y gratitud

 

Para el director del coro; según la tonada de La paloma silenciosa de los que están lejos[a]. Mictam[b] de David cuando los filisteos lo prendieron en Gat[c].

56 Ten piedad de mí, oh Dios, porque el hombre me ha pisoteado[d];
me oprime combatiéndome[e] todo el día.
Mis enemigos[f] me han pisoteado[g] todo el día,
porque muchos son los que con soberbia pelean contra mí.
El día en que temo[h],
yo en ti confío[i].
En Dios, cuya palabra alabo,
en Dios he confiado, no temeré.
¿Qué puede hacerme el hombre[j]?
Todo el día pervierten mis palabras[k];
todos sus pensamientos[l] contra mí son para mal.
Atacan[m], se esconden,
espían mis pasos[n],
como esperando para quitarme la vida[o].
Por causa de la iniquidad, arrójalos[p],
en tu ira humilla[q] a los pueblos, oh Dios.

Tú has tomado en cuenta mi vida errante[r];
pon mis lágrimas en tu redoma[s];
¿acaso no están en tu libro?
Entonces mis enemigos retrocederán el día en que yo te invoque.
Esto sé: que[t] Dios está a favor mío.
10 En Dios, cuya palabra alabo,
en el Señor, cuya palabra honro[u];
11 en Dios he confiado, no temeré[v].
¿Qué puede hacerme el hombre?
12 Están sobre mí, oh Dios, los votos que te hice[w];
ofrendas de acción de gracias te ofreceré.
13 Pues tú has librado mi alma de la muerte,
y[x] mis pies de tropiezo,
para que yo pueda andar delante de Dios
en la luz de la vida[y].

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
                                                                      

REFLEXION

Año Nuevo Tema 4: Perdonar Más Libremente
Publicado por: Devocionales en Devocional Diario 0


Bienaventurado aquel cuya transgresión es perdonada, cuyo pecado está cubierto. Salmo 32:1

Ser totalmente perdonado del pecado es uno de los momentos más liberadores en la vida de un creyente. Nuestros pecados nos separan de Dios y colocan un peso de culpa y vergüenza. Cuando experimentamos el perdón de Dios, también podemos perdonar a otros de sus transgresiones contra nosotros. El perdón es una elección que hacemos por gratitud y obediencia al Señor.

A veces puede ser difícil dejar ir y perdonar, especialmente si la otra persona o personas permanecen sin arrepentimiento por sus pecados contra nosotros. Es en estos momentos que podemos hablar con el Señor y trabajar nuestro perdón a través de Él en lugar de llevarnos por las emociones. Al hacer esto, podemos experimentar Su libertad de albergar amarguras contra ellos. El Espíritu Santo hace un gran trabajo interno en nuestros corazones. Él nos libera para lograr los propósitos que Dios ha puesto en nuestros corazones.

Perdonar más libremente no es igual a que nuestros transgresores salgan sin castigo por el dolor que causaron. Las consecuencias de sus acciones pueden seguir a pesar de nuestro perdón. Al perdonar a otros, en realidad no nos dejamos llevar por la venganza y dejamos que Dios se encargue de nuestros enemigos. ¿Cómo podemos perdonar más libremente?

1) Perdonamos más libremente cuando hacemos la elección de perdonar por obediencia (Lucas 6:37).

2) Perdonamos más libremente cuando pedimos al Señor que sane nuestros corazones de las heridas de los impíos (Salmo 147:3).

3) Perdonamos más libremente cuando recordamos que hemos sido perdonados de nuestros pecados (Colosenses 3:13).

4) Perdonamos más libremente cuando aceptamos que Dios será nuestro Juez y Vengador (Romanos 12:19).

5) Nosotros perdonamos más libremente cuando dejamos ir la actitud implacable de no perdonar (Hebreos 12: 1).

Oración:
Amado Señor, quiero perdonar más libremente en este Año Nuevo que comenzo. Oro por Tu ayuda para librarme de mi necesidad de venganza y de revanchan. Confío en Ti Señor para corregir todos mis errores. En el nombre de Jesús, amen.

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA
 

REFLEXION

Con la fe de un niño.

 

 

Una pobre mujer americana cuyo marido había sido enrolado en el ejército Federal durante la guerra civil en Estados Unidos, quedó desamparada con cuatro hijitos, en aquel tiempo cuando los gobiernos no proveían para tales necesidades.

Entre sus hijitos había un niño de seis años que había aprendido a confiar en el cuidado de su Padre Celestial, y cuya fe nunca fallaba. Todo el tiempo su tierna voz estaba lista para consolar y animar a su madre con sus dichos infantiles. Cuando el tonel de harina estaba por vaciarse el corazón de la madre se oprimía; pero el pequeño observó que siempre volvía a llenarse, pues la caridad de varios granjeros amigos de la necesitada familia proveían lo necesario.

Un día mientras la madre sacaba harina del tonel, el niño se hallaba sentado a su lado sobre el suelo, reflexionando al parecer. De repente una idea pasó por su mente y levantando la cabeza exclamó: “Madre, me parece que Dios oye cuando rascamos el fondo del barril”.

Dios siempre está atento a nuestras necesidades y escucha nuestras oraciones. Quizás a veces creemos que no es así porque nos desesperamos cuando la respuesta no llega, cuando las cosas no son como nosotros quisiéramos, pero sin duda alguna Él está en control.

La fe del niño de la historia no sólo movía la mano de Dios, sino que sostenía a la atribulada madre. Nosotros debemos procurar ser iguales que el pequeño, no sólo confiando plenamente en nuestro Padre y su provisión, sino que podamos ser un ejemplo y dar aliento a quienes nos rodean. No es fácil, sin duda alguna, pero ¿Qué ganamos amargándonos?

“Miren los pájaros. No plantan ni cosechan ni guardan comida en graneros, porque el Padre celestial los alimenta. ¿Y no son ustedes para él mucho más valiosos que ellos? Mateo 6:26 (NTV)

Si Dios tiene cuidado de las aves, también cuidará de ti, de tu familia, de los seres que amas y suplirá todas sus necesidades.
Confía en Dios, tu vida es muy valiosa para Él y quiere bendecirte con mucho más de lo que esperas. No pongas más barreras ni “peros” ni mires las circunstancias, sólo cree y Dios hará el milagro que necesitas en su tiempo y de acuerdo a su perfecta voluntad.


Ana María Frege Issa
CVCLAVOZ