Jeremías 46:2-3,9 La Biblia de las Américas (LBLA)

 

 

Profecía sobre Egipto

 

 

46 Palabra del Señor que vino al profeta Jeremías acerca de las naciones. A Egipto, acerca del ejército de Faraón Necao, rey de Egipto, que estaba junto al río Eufrates en Carquemis, al cual derrotó Nabucodonosor, rey de Babilonia, en el año cuarto de Joacim, hijo de Josías, rey de Judá:

Preparad escudo y broquel,
y avanzad hacia la batalla.
Aparejad los caballos,
montad los corceles[a]
y presentaos con los yelmos puestos.
Bruñid las lanzas,
vestíos las corazas.
¿Pero qué es lo que veo?
Están aterrados,
retroceden,
y sus valientes están deshechos;
en la huida buscan refugio
sin mirar atrás.
Hay terror por todas partes[b]
—declara el Señor.
Que no huya el ligero,
ni escape el poderoso;
en el norte, junto al río Eufrates,
han tropezado y caído.
¿Quién es éste que sube como el Nilo,
cuyas aguas se agitan como ríos?
Egipto sube como el Nilo,
cuyas aguas se agitan como ríos,
pero El ha dicho: Subiré y cubriré esa tierra;
ciertamente destruiré la ciudad y sus habitantes.
Subid, caballos, y corred furiosos[c], carros,
para que avancen los poderosos:
Etiopía[d] y Put[e], que manejan escudo,
y los de Lud[f], que manejan y entesan el arco.
10 Porque aquel día es para el Señor, Dios[g] de los ejércitos,
día de venganza, para vengarse de sus enemigos;
la espada devorará y se saciará
y se empapará con su sangre;
pues habrá una matanza[h] para el Señor, Dios[i] de los ejércitos,
en la tierra del norte, junto al río Eufrates.
11 Sube a Galaad y consigue bálsamo,
virgen, hija de Egipto.
En vano has multiplicado los remedios[j];
no hay curación para ti.
12 Han oído las naciones de tu afrenta,
y tu clamor llena la tierra;
porque guerrero con guerrero ha tropezado,
y a una han caído ambos.

13 Palabra que el Señor habló al profeta Jeremías acerca de la venida de Nabucodonosor, rey de Babilonia, para herir la tierra de Egipto:

14 Anunciad en Egipto y hacedlo oír en Migdol,
hacedlo oír también en Menfis[k] y en Tafnes;
decid: “Ponte en pie y prepárate,
porque la espada ha devorado a los que te rodean.”
15 ¿Por qué han quedado postrados tus valientes?
No se mantienen en pie porque el Señor los ha derribado.
16 Han tropezado muchas veces;
en verdad, han caído uno sobre otro.
Entonces dijeron: “Levántate y volvamos
a nuestro pueblo y a nuestra tierra natal,
ante la espada opresora[l].”
17 Allí gritaron: “Faraón, rey de Egipto, es sólo un gran ruido[m];
ha dejado pasar el tiempo señalado.”
18 Vivo yo —declara el Rey
cuyo nombre es el Señor de los ejércitos—
que ciertamente como se destaca el Tabor entre los montes,
o el Carmelo junto al mar, uno ha de venir.
19 Prepara tu equipaje para el destierro,
hija que moras en Egipto,
porque Menfis[n] será convertida en desolación,
incendiada y despoblada.
20 Novilla hermosa es Egipto,
mas un tábano[o] del norte viene; ya viene.
21 Sus mercenarios también son en medio de ella
como becerros engordados[p];
porque también ellos se han vuelto atrás,
y a una han huido, no resistieron;
porque el día de su ruina ha venido sobre ellos,
la hora de su castigo.
22 Se oye[q] su sonido como el de una serpiente,
pues el enemigo avanza como un ejército[r];
con hachas, como leñadores, vienen contra ella.
23 Talan su bosque —declara el Señor
aunque sea impenetrable,
aunque sean[s] más numerosos que las langostas,
innumerables.
24 Es avergonzada la hija de Egipto,
es entregada al poder[t] del pueblo del norte.

25 Dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: He aquí, castigaré a Amón de Tebas, a Faraón y a Egipto junto con sus dioses y sus reyes; a Faraón y a los que en él confían.26 Y los entregaré en manos de los que buscan su vida, en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y en manos de su siervo. Mas después será habitado como en los días de antaño —declara el Señor.

27 Pero tú no temas, siervo mío Jacob,
ni te atemorices, Israel;
porque he aquí, te salvaré de lugar remoto,
y a tu descendencia[u] de la tierra de su cautiverio.
Y volverá Jacob, y estará tranquilo
y seguro, y nadie lo atemorizará.
28 Tú no temas, siervo mío Jacob —declara el Señor
porque yo estoy contigo;
pues acabaré con todas las naciones
adonde te he expulsado,
pero no acabaré contigo,
sino que te castigaré con justicia;
de ninguna manera te dejaré sin castigo.

 

 

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

 

 

Cuenta perdonada

 

 

 

Cuentan que un escocés rico había prestado en vida mucho dinero a varias personas. Siendo que era muy considerado, trataba con cariño a sus deudores y cuando se daba cuenta de que era imposible que le pagaran, ponía debajo de la cuenta su firma junto a la palabra “Perdonado”.

Después de su muerte, su esposa se percató de que era mucho el dinero que amparaban las notas perdonadas y se dio a la tarea de cobrarlas.
Tuvo que entablar varios juicios legales hasta que el juez, al examinar uno de estos casos le preguntó:

Señora, ¿es esta la firma de su esposo?

Sí – contestó ella – de eso no hay duda.

Entonces – dijo el Juez. No hay nada que obligue a estas personas a pagar cuando su mismo esposo ha escrito la palabra “Perdonado”.

En ocasiones el diablo se encarga de estar buscando nuestros pecados y errores del pasado para acusarnos, desanimarnos y hacernos sentir culpables por aquello que ya nos fue perdonado.

Si ya le pediste perdón a Dios, de todo corazón, por las cosas que hiciste no permitas que el enemigo te haga sentir culpable y te haga retroceder. Tu ya fuiste perdonado y cuando Dios te perdona se olvida de aquellas cosas malas que hiciste.

“ Y perdonaré sus maldades y nunca más me acordaré de sus pecados» Hebreos 8:12 (NTV)

Si se tratara de cancelar nuestras deudas con Dios por nuestros medios, nunca lo hubiéramos conseguido. Humanamente era imposible alcanzar el perdón de Dios por nosotros mismos, pero Él, en su misericordia y amor infinito, decidió dar a su único Hijo para restaurar la relación que se había roto y canceló la deuda que teníamos.

Aún así, mucha gente no acepta el perdón de Dios y sigue recordando una y otra vez aquello que hicieron y en lugar de ser personas libres y felices, pasan su vida entera amargadas y presas de culpas que no deberían seguir cargando.

No permitas que el miedo, la culpa, la inseguridad y la amargura entren en tu vida por aquello que ya no existe, por algo que ya fue perdonado y olvidado.
¡Disfruta la libertad que te fue otorgada!

 

 

 

Ana María Frege Issa
CVCLAVOZ

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

 

 

El mejor en todo

 

 

Cuando requerimos los servicios de algún profesional, siempre buscamos al mejor. Si necesitamos a un doctor, abogado o arquitecto, buscamos referencias con familiares y amigos para saber si ésta persona es confiable o no. Siempre queremos al mejor, porque dudamos de otros a pesar de su profesionalismo.

Nosotros no nos hemos dado cuenta que tenemos al mejor y mayor de todos de nuestro lado, Dios es el mejor médico, abogado, arquitecto, etc. Dios siempre ha sido el mismo y no por nada se lo describe como el Inmutable, Omnisciente, Omnipotente, Santo, Poderoso, Fiel porque es todo eso y más.

¿Por qué no podemos creer en su poder y en los milagros que puede hacer en nosotros? Muchas personas te pueden fallar: tus amigos, tu familia, tus líderes, y tal vez ya lo hicieron; por lo tanto has perdido la fe en todo y ya no crees en nada ni en nadie. Hoy quiero decirte que sí existe alguien que jamás falla y que siempre hace lo mejor por quienes ama: “Jesús”.

Nunca se oyó que Él haya fracasado en lo que vino a hacer acá en la tierra; hizo milagros cuando nadie creía que los haría, como sanar a los enfermos. Él tenía planeado muchas cosas, y cada una de ellas las cumplió.

Dios mismo dice en su Palabra “estando convencido precisamente de esto: que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús.” Filipenses 1:6 (RV-1960)

Él jamás dejará una obra incompleta, pero debes creerle. Puedes dudar de las personas porque ellas muchas veces prometen algo y no lo cumplen, pero debes sentirte seguro de que Dios es único y perfecto, y que en mejores manos no puedes estar.

Puedes preguntar a cualquier persona, el mejor en todo es Dios y quiere ayudarte.

 

 

 

Telma Céspedes
CVCLAVOZ