2 Reyes 9:30 La Biblia de las Américas (LBLA)

 

 

 

 

Muerte de Joram

 

 

14 Y Jehú, hijo de Josafat, hijo de Nimsi, conspiró contra Joram. Y estaba Joram con[g] todo Israel, defendiendo[h] a Ramot de Galaad contra Hazael, rey de Aram, 15 pero el rey Joram[i] había regresado a Jezreel para ser curado de las heridas que los arameos le habían hecho[j] cuando peleó contra Hazael, rey de Aram. Y Jehú dijo: Si es vuestro deseo, que nadie se escape ni salga de la ciudad para ir a anunciarlo en Jezreel. 16 Entonces Jehú montó en un carro y fue a Jezreel, porque Joram estaba allí en cama. Y Ocozías, rey de Judá, había descendido para ver a Joram.

17 Y el centinela que estaba en la torre de Jezreel vio la comitiva[k] de Jehú que venía, y dijo: Veo una comitiva[l]. Y Joram dijo: Toma un jinete y envíalo a su encuentro, y que diga: “¿Hay paz?” 18 Fue el jinete a su encuentro, y dijo: Así dice el rey: “¿Hay paz?” Y Jehú dijo: ¿Qué tienes tú que ver con la paz? Ven[m]en pos de mí. Y el centinela avisó, diciendo: El mensajero llegó hasta ellos, pero no regresó. 19 Entonces envió un segundo jinete, que vino a ellos, y dijo: Así dice el rey: “¿Hay paz?” Y Jehú respondió: ¿Qué tienes tú que ver con la paz? Ven[n] en pos de mí. 20 Y avisó el centinela, diciendo: El llegó hasta ellos, y no regresó; y el modo de guiar es como el guiar de Jehú, hijo de Nimsi, porque guía alocadamente.

21 Entonces Joram dijo: Preparad[o] el carro. Y prepararon su carro. Y salieron Joram, rey de Israel, y Ocozías, rey de Judá, cada uno en su carro, y fueron al encuentro de Jehú, y lo hallaron en el campo[p] de Nabot de Jezreel. 22 Y sucedió que cuando Joram vio a Jehú, dijo: ¿Hay paz, Jehú? Y él respondió: ¿Qué paz, mientras sean tantas las prostituciones de tu madre Jezabel y sus hechicerías? 23 Entonces Joram volvió las riendas[q] y huyó, y dijo a Ocozías: ¡Traición, Ocozías! 24 Y Jehú entesó su arco con toda su fuerza[r] e hirió a Joram en la espalda[s]; y la saeta salió por su corazón y se desplomó en su carro.25 Entonces Jehú dijo a su oficial Bidcar: Tómalo y tíralo en la porción del campo de Nabot de Jezreel, pues recuerdo cuando tú y yo[t] íbamos juntos montados detrás de su padre Acab, que el Señor pronunció esta sentencia contra él: 26 “Ayer ciertamente he visto la sangre de Nabot y la sangre de sus hijos,” declaró el Señor, “y te recompensaré en este campo[u],” declaró el Señor. Ahora pues, tómalo y tíralo en el campo[v], conforme a la palabra del Señor.

27 Cuando Ocozías, rey de Judá, vio esto, huyó por el camino de la casa del huerto. Y Jehú lo persiguió y dijo: Matadlo[w] a él también en el carro. Y lo hirieron a la subida de Gur, que está en Ibleam. Y huyó a Meguido, y murió allí.28 Entonces sus siervos lo llevaron en carro a Jerusalén, y lo sepultaron en su sepulcro con sus padres en la ciudad de David.

29 En el año once de Joram, hijo de Acab, Ocozías había comenzado a reinar sobre Judá.

30 Y llegó Jehú a Jezreel, y cuando Jezabel lo oyó, se pintó los ojos, adornó su cabeza y se asomó por la ventana. 31 Y cuando entraba Jehú por la puerta, ella dijo: ¿Le va bien a[x] Zimri, asesino de tu[y] señor? 32 Entonces él alzó su rostro hacia la ventana y dijo: ¿Quién está conmigo? ¿Quién? Y dos o tres oficiales se asomaron desde arriba[z]33 Y él dijo: Echadla abajo. Y la echaron abajo y parte de su sangre salpicó la pared y los caballos, y él la pisoteó. 34 Cuando él entró, comió y bebió; entonces dijo: Encargaos ahora de esta maldita y enterradla, pues es hija de rey. 35 Y fueron para enterrarla, pero de ella no encontraron más que el cráneo, los pies y las palmas de sus manos. 36 Entonces, volvieron y se lo hicieron saber a Jehú. Y él dijo: Esta es la palabra que el Señor había hablado por medio de su siervo Elías tisbita, diciendo: “En la parcela de Jezreel los perros comerán la carne de Jezabel; 37 y el cadáver de Jezabel será como estiércol sobre la superficie del campo en la parcela de Jezreel, para que no puedan decir: ‘Esta es Jezabel.’”

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

 

 

Jovenes Cristianos – PROHIBIDO PASAR

Pasaje clave: Deuteronomio 23:1 al 8.

 

 

 

¿Quiénes tenían la entrada prohibida a la congregación? (23:1 al 8).

Sí, vivir en aquel tiempo era realmente difícil. Para nosotros las cosas son diferentes. Dios nos ha dado mayor libertad (aunque esto implica mayor responsabilidad). Pero no porque nosotros seamos mejores que ellos, sino porque Cristo llevó en la cruz todas nuestras porquerías interiores y es su vida en nosotros la que nos da mayor libertad delante de Dios.

Somos parte de la congregación de Dios, del pueblo de Dios, porque la sangre de Jesús borró nuestros pecados y el Espíritu de Dios nos ha sellado como su exclusiva propiedad.

Dios no mira tu apariencia física, ni tu clase social, ni tu color de piel. Tampoco mira tus bolsillos, si tienes o no dinero. Él te recibe y te acepta solamente en Cristo. Dios mira únicamente lo que hay en tu corazón.

¿Cómo son tus pensamientos delante de Él?

¿Qué tipo de intenciones tienes?

¿Lo que sientes es de Dios o de tu propia carnalidad?

Si tu corazón no está limpio, confiésale tu pecado, cree que su sangre te limpia y entra a su presencia.

Si tu corazón está limpio delante de Él, ¡qué esperas! Entra con toda confianza a su presencia y alábalo con libertad. Él te está esperando. ¡Puedes pasar!

 

 

Extracto del libro: “Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Números/Deuteronomio”

Por Edgardo Tosoni

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

 

 

¿Tan necio eres?

 

 

¿Qué harías si te regalan un auto nuevo? ¿Lo manejarías o te pondrías detrás para empujarlo con todas tus fuerzas? Creo todos lo conducirían. Pues debes saber que existen personas que hacen algo parecido, esas personas se llaman cristianos carnales.

¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne? Gálatas 3:3

¿Qué clase de personas son estas? Están a un sólo paso de distancia del poder y la productividad, y sin embargo optan por ignorar esa posibilidad. En vez de manejar el auto y disfrutarlo, deciden ponerse detrás y empujarlo hasta quedarse sin energías ¿Quién querría vivir así?

Solemos decir que existen dos tipos de personas: los salvos y los no salvos, pero el Apóstol Pablo nos corrige y nos muestra que existe un tercer tipo de persona: los salvos pero no espirituales. La persona espiritual es dependiente del Espíritu Santo, dirigida y dominada por él, es una persona que procura andar en el espíritu.
“Porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres? 1 Corintios 3:3

Estos son cristianos no espirituales, ya que de ellos solamente nacen “celos, contiendas, y disensiones” ¿En qué se diferencian de una persona que no conoce a Dios? No son agradecidos y si lo fueran ¿de qué agradecerían? ¿De vivir una vida sin gozo?. Los cristianos carnales ven la salvación de la misma manera que un granjero ve cien hectáreas de suelo no labrado, como un montón de trabajo. Con razón viven cansados y se quejan tanto.

Dios nunca quiso que vivamos cansados, derrotados y miserables. Él dice:
Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Juan 7:37

Él dice “venga a mí” no dijo “venga a mi iglesia” ni “venga a mi sistema”. ¡Venga a Mí! Venga a mí y beba. Identifica si has estado viviendo una vida cristiana no espiritual, si aún alimentas celos, pleitos, envidia, y más. Si es así comienza a hacer cambios, para empezar busca al Señor y pídele que te ayude a conocer su Espíritu y disfrutar los beneficios de haber conocido a Cristo.

 

 

 

Shirley Chambi
CVCLAVOZ