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Mateo 13:21 La Biblia de las Américas

 

 

 

Explicación de la parábola del sembrador

 

 

 

18 Vosotros, pues, escuchad la parábola del sembrador. 19 A todo el que oye la palabra del reino y no la entiende, el maligno viene y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es aquel en quien se sembró la semilla junto al camino. 20 Y aquel en quien se sembró la semilla en pedregales, este es el que oye la palabra y enseguida la recibe con gozo; 21 pero no tiene raíz profunda en sí mismo, sino que solo es temporal, y cuando por causa de la palabra viene la aflicción o la persecución, enseguida tropieza y cae. 22 Y aquel en quien se sembró la semilla entre espinos, este es el que oye la palabra, mas las preocupaciones del mundo[h] y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se queda sin fruto. 23 Pero aquel en quien se sembró la semilla en tierra buena, este es el que oye la palabra y la entiende, este sí da fruto y produce, uno a ciento, otro a sesenta y otro a treinta.

 

 

 

UN ECUENTRO CON LA PALABRA

 

 

 

REFLEXION

Yo quiero ser un elefante

Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ

 

 

 

 

En esta oportunidad me gustaría compartir un poema reflexivo que leí: “Yo quiero ser un elefante: con pies grandes y pesados para tenerlos bien fijos en la tierra y no elevarme; con orejas grandes para aprender a escuchar y no actuar a ciegas; con la boca pequeña para no hablar demasiado; tener la piel áspera y dura para soportar las cicatrices de la vida; y su gran memoria para nunca olvidar quien realmente soy”

Considero que todos quisiéramos ser como un elefante por estas características, pero a pesar de nuestra debilidad, no es imposible alcanzar este propósito.

Un elefante para vencer la tempestad

Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.

2 Corintios 12:9 (RVR 1960)

Como seres humanos, somos débiles e imperfectos, quizá podríamos compararnos a un insecto en lugar de un elefante, frágiles y sensibles; aunque parece un panorama desolador, el Señor nos dice: ¡gocémonos en las debilidades para que repose en nosotros el poder de Cristo!

Lo que trata de decir, es que no podremos ser fuertes como el elefante por nuestra propia cuenta, sino con la ayuda del Señor. Es decir, que no es imposible cuando confiamos en Él.

Me entrego a ti

Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.

2 Corintios 12:10 (RVR 1960)

Pablo manifiesta una enseñada profunda con estas palabras «cuando soy débil, entonces soy fuerte» aunque parece una contrariedad, en realidad es una oportunidad de crecimiento, humildad, formación y el paso para confiar en el amor de Dios.

Es en nuestra debilidad que su poder será más fuerte, por tanto, si te sientes débil, estás enfrentado problemas o conflictos ¡gózate! Di las palabras «fuerte soy en Cristo» no olvides que con Él no eres un insecto, sino un elefante. Solo Jesús te llevará al camino de la transformación.

Shirley Chambi

CVCLAVOZ