2 Samuel 13:11-14 La Biblia de las Américas (LBLA)

 

 

 

 

Amnón y Tamar

 

 

13 Después de esto aconteció que teniendo Absalón, hijo de David, una hermana muy hermosa que se llamaba Tamar, se enamoró de ella Amnón, hijo de David. Y Amnón estaba tan atormentado a causa de su hermana Tamar que se enfermó, porque ella era virgen, y le parecía difícil a[a] Amnón hacerle cosa alguna. Pero Amnón tenía un amigo que se llamaba Jonadab, hijo de Simea[b], hermano de David; y Jonadab era un hombre muy astuto. Y éste le dijo: Hijo del rey, ¿por qué estás tan deprimido día tras día[c]? ¿No me locontarás? Y Amnón le dijo: Estoy enamorado de Tamar, hermana de mi hermano Absalón. Entonces Jonadab le dijo: Acuéstate en tu cama, y finge que estás enfermo; y cuando tu padre venga a verte, dile: “Te ruego que dejes que mi hermana Tamar venga y me dé algún alimento para comer, y que prepare la comida delante de mí para que yo la vea y la coma de su mano.”Amnón se acostó y se fingió enfermo. Cuando el rey vino a verlo, Amnón dijo al rey: Te ruego que venga mi hermana Tamar y haga dos tortas delante de mí para que yo coma de su mano.

Y David envió mensaje a Tamar, a su casa, diciendo: Ve ahora a la casa de tu hermano Amnón, y prepárale la comida. Fue, pues, Tamar a la casa de su hermano Amnón, y él estaba acostado. Y ella tomó masa, la amasó, hizo tortas delante de él y las coció[d]Y tomando la sartén, las sirvió[e] delante de él, pero él rehusó comer. Y Amnón dijo: Que salgan todos de aquí[f]. Y todos salieron de allí[g]10 Entonces Amnón dijo a Tamar: Trae la comida a la alcoba para que yo coma de tu mano. Y Tamar tomó las tortas que había hecho y lasllevó a su hermano Amnón a la alcoba. 11 Cuando ella se las llevó para que comiera, él le echó mano, y le dijo: Ven, acuéstate conmigo, hermana mía.12 Pero ella le respondió: No, hermano mío, no abuses de mí, porque tal cosa no se hace en Israel; no cometas esta infamia. 13 Pues, ¿adónde iría yo con mi deshonra? Y tú serías como uno de los insensatos[h] de Israel. Ahora pues, te ruego que hables al rey, que él no me negará a ti. 14 Pero él no quiso escucharla[i]; como era más fuerte que ella, la forzó, y se acostó con ella.

15 Entonces Amnón la aborreció con un odio muy grande; porque el odio con que la aborreció fue mayor que el amor con que la había amado. Y Amnón le dijo: Levántate, vete. 16 Pero ella le respondió: No, porque esta injusticia que me haces, echándome fuera, es mayor que la otra que me has hecho. Mas él no quiso oírla. 17 Llamó, pues, a su criado[j] que le servía y le dijo: Echa a esta mujer fuera de aquí[k], y cierra la puerta tras ella. 18 (Llevaba ella un vestido de manga larga[l], porque así se vestían con túnicas las hijas vírgenes del rey.) Su criado la echó fuera, y cerró la puerta tras ella. 19 Entonces Tamar se puso ceniza[m] sobre la cabeza, rasgó el vestido de manga larga[n] que llevaba puesto, y se fue gritando con las manos sobre la cabeza.

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

 

 

Jovenes Cristianos – ESTOY DEPRIMIDO 2

Pasaje clave: Isaías 61:1

 

 

Te contamos algunas razones por las cuales te deprimís para que aprendás a entender qué es lo que te sucede y por qué.

1. Por los CAMBIOS de tu cuerpo.

Los cambios que ocurren en tu cuerpo son normales y te están preparando para ser un hombre o una mujer. Estos cambios no los podés controlar. ¡Son incontrolables! Y muchas veces te hacen sentir mal. Entonces te deprimís.

Pero si además, comparas tu cuerpo con el de otros (y estas comparaciones generalmente son negativas), vas a lograr sentirte peor. Existen falsos modelos que te presentan una imagen casi perfecta de cómo tiene que ser el cuerpo de alguien. O de lo que tenés que hacer para tener un cuerpo “diez”. Pero cuando no lográs ni siquiera parecerte a ese modelo falso, te volvés a deprimir, te enojás con vos mismo y te quejás de cómo sos. Peor es el caso de chicas y chicos que se enferman de anorexia y bulimia, destruyéndose a sí mismos por querer ser más hermosos, mas delgados, mas sexy, mas aceptados, o sentirse más valiosos, más importantes…

¿Qué podés hacer?

A. Cuidá tu cuerpo. Alimentáte bien. Higienizáte. Consultá al médico cuando sea necesario. Hacé ejercicios. ¡No te quedés todo el día tirado en la cama o encerrado en tu habitación llorando! Esto empeorará las cosas. Y arruinará tu cuerpo que es el templo del Espíritu Santo (1º Corintios 6 19-20).

B. Dale gracias al Señor por los cambios que hay en tu cuerpo. Específicamente por lo que no te gusta de él, o por lo que creés que debería haber sido diferente. Ser agradecido te ayudará a aceptarte tal como sos.

C. Satanás tratará de hacerte sentir el más espantoso, desproporcionado y feo del mundo. No creas sus mentiras. Creé la verdad de Dios: El te hizo tal como sos. Sos alguien único. No hay nadie mas como vos.

(CONTINÚA…)

 

 

Extracto del libro: “Verdades Que Sanan”. (Editorial Logos).

Por Edgardo Tosoni

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

 

 

El poder de las palabras

 

 

 

Un gran pintor cuenta que un día su madre salió de compras y le encargó que cuidara de su hermanita. Por pasar el rato, el niño dibujó el retrato de la pequeña. Cuando su madre regresó, los abrazó y beso cariñosamente mientras le dijo:


- ¡Hijo mío, has dibujado a Sally! ¡Es maravilloso! Años después, él dijo que esas palabras y ese beso de su madre lo habían estimulado a ser pintor.


Todos necesitamos palabras de aliento, de reconocimiento, gente que valore lo que hacemos, lo que somos. Por eso, antes de proferir cualquier palabra debemos ser conscientes del poder que éstas tienen en la vida de los demás y en la propia.
“La muerte y la vida están en poder de la lengua, Y el que la ama comerá de sus frutos” Proverbios 18:21


Muchas veces hablamos por hablar y no consideramos que podemos estar marcando a alguien de por vida, que en lugar de sacarlo del pozo en el que se encuentra le estamos echando tierra, que anulamos el potencial que puede tener y, de esa forma, evitamos que cumpla el propósito con el cual fue creado.


Lo peor es que no sólo lo hacemos con otras personas, sino con nosotros mismos. Cometemos un error y nos vamos auto descalificando, somos muy duros con las auto críticas. No perdonamos nuestros errores y olvidamos que estamos en proceso de formación para el propósito para el cual fuimos creados.


Empieza a decirle cosas buenas a los que amas, que así como el pintor comenta cómo las palabras de su madre fueron trascendentales para él, haya también otras personas que digan lo mismo de ti y recuerda que Dios ve más allá de tus imperfecciones y te ama más de lo que puedas imaginar, así que deja de menospreciarte.

 

 

 

Ana María Frege Issa
CVCLAVOZ