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Mateo 22: La Biblia de las Américas (LBLA)

Parábola del banquete de bodas

22 Tomando Jesús la palabra, les habló otra vez en parábolas, diciendo:El reino de los cielos puede compararse a[a] un rey[b] que hizo unbanquete de bodas para su hijo. Y envió a sus siervos a llamar a los que habían sido invitados a las bodas, pero no quisieron venir. De nuevo envió otros siervos, diciendo: Decid a los que han sido invitados: “Ved, ya he preparado mi banquete; he matado mis novillos y animales cebados, y todo está aparejado; venid a las bodas.” Pero ellos no hicieron caso y se fueron: uno a su campo, otro a sus negocios, y los demás, echando mano a los siervos, los maltrataron y los mataron.Entonces el rey se enfureció, y enviando sus ejércitos, destruyó a aquellos asesinos e incendió su ciudad. Luego dijo* a sus siervos: “La boda está preparada, pero los que fueron invitados no eran dignos. “Id, por tanto, a las salidas de los caminos, e invitad a las bodas a cuantos encontréis.” 10 Y aquellos siervos salieron por los caminos, y reunieron a todos los que encontraron, tanto malos como buenos; y el salón de bodas se llenó de comensales[c]. 11 Pero cuando el rey entró a ver a los comensales, vio allí a uno que no estaba vestido con traje de boda, 12 y le dijo*: “Amigo, ¿cómo entraste aquí sin[d] traje de boda?” Y él enmudeció. 13 Entonces el rey dijo a los sirvientes: “Atadle las manos y los pies, y echadlo a las tinieblas de afuera; allí será el llanto y el crujir de dientes.” 14 Porque muchos son llamados[e], pero pocos son escogidos.

 

 


UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

REFLEXION

¿Cómo Llevar A Otros A Jesús?
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“…EL PODER DEL SEÑOR ESTABA CON ÉL PARA SANAR” (Lucas 5:17)

En cierta ocasión cuando Jesús estaba predicando en una casa, cuatro hombres trajeron a un amigo paralítico para que lo sanara. Puesto que no podían pasar a causa de la multitud subieron al tejado, abrieron un boquete y bajaron al hombre al lugar donde Jesús se encontraba. Y Jesús lo sanó. La Biblia nos dice: “…El poder del Señor estaba con Él para sanar” (Lucas 5:17). Los fariseos estaban sentados al lado y el poder de Dios estaba presente ahí para sanarlos a ellos también, sin embargo no lo recibieron. Es increíble pero cierto; puedes estar en la presencia de Jesús y salir sin cambios. ¿Por qué? Porque tu actitud y tu enfoque determinan el resultado. El orgullo y los prejuicios —pensar que sabes todo de Dios— pueden impedirte recibir lo que necesitas.
Pablo escribió: “También a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; a ellos de nada les sirvió haber oído la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron” (Hebreos 4:2). Aquellos dirigentes religiosos no tenían fe. Les interesaba más envolver a Jesús en argumentos teológicos que ver demostrado el poder Dios con la sanidad del paralítico. Puedes tener un cerebro repleto de teología y el corazón lleno de dudas y no recibir nada del Señor. En el capítulo cinco de Lucas leemos: “Al ver Él la fe de ellos, le dijo: … Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa. Al instante se levantó … y se fue a su casa glorificando a Dios. Y todos … glorificaban a Dios … decían: —Hoy hemos visto maravillas” (Lucas 5:20-26).

“…VINIERON A ÉL … UNOS TRAYENDO A UN PARALÍTICO … CARGADO POR CUATRO” (Marcos 2:3)

Algunos tienen que ser “llevados” a Jesús porque no pueden ir a Él solos. Como el hombre en la historia bíblica, están paralizados. ¿Paralizados por qué? Paralizados por un comportamiento fuera de control; por un sistema de creencias que te dice que eres demasiado pecador para que Dios te pueda amar y redimir; por el recuerdo de algo que pasó en tu infancia y del que te da miedo hablar; por adicción a sustancias ilegales, a medicamentos, al juego, a la pornografía, al alcohol, al trabajo o al dinero. Sea cual sea tu adicción, una cosa es cierta: te paraliza. Puedes estar paralizado por temor, ansiedad, depresión, el sentir de que no vales nada o una niñez de abuso y descuido que fue como una pesadilla. Por otra parte, también puedes ser alguien que se ha hecho a sí mismo y estás paralizado por el éxito, el materialismo, la avaricia, o un narcisismo que no te deja reconocer la necesidad de Dios en tu vida.

¿Te identificas con algo de lo de anterior? Jesús comenzó su ministerio con estas palabras: “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón, a pregonar libertad a los cautivos y vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos y a predicar el año agradable del Señor” (Lucas 4:18-19). Otra versión de la Biblia (NTV) parafrasea la última parte del versículo 19 así “…Ha llegado el tiempo del favor del Señor”. Hay buenas noticias: aunque la vida no te haya tratado bien, la gracia, el favor y la sonrisa de Dios pueden cambiar todo eso; desde hoy mismo.

“NO HALLANDO CÓMO HACERLO … SUBIERON ENCIMA DE LA CASA Y POR EL TEJADO…” (Lucas 5:19)

Cuando llevas la carga de otra persona, a veces te resulta muy pesada para ti solo. Consideremos lo siguiente:

1) Se necesitaron cuatro personas para llevar al paralítico a Jesús.
A veces necesitas refuerzos. Cuando has orado por alguien y no parece que pase nada, aquí hay una gran versículo: “…Si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra acerca de cualquier cosa que pidan, les será hecho por mi Padre que está en los cielos, porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mateo 18:19-20).

2) Fue a la fe de los amigos, no la del paralítico, a la que respondió Jesús. “Al ver Él la fe de ellos, le dijo: —Hombre, tus pecados te son perdonados” (Lucas 5:20).
El pobre hombre había estado en esa condición durante tanto tiempo que su fe se encontraba probablemente tan muerta como sus piernas. Pero eso no es un problema para Dios; Él responderá a tu fe y tocará a tus seres queridos.

3) No se dieron por vencidos con el enfermo.
Necesitas una fe tenaz que se niega a rendirse. El hecho de que hayas hablado con alguien acerca del Señor antes y no haya respondido no significa que no vaya a responder ahora. A lo mejor en ese momento no estaba listo y ahora sus circunstancias han cambiado. A lo mejor no lo hiciste de la manera apropiada y ahora tu enfoque es mejor. La clave es: tú haces tu parte, Dios hará la Suya. “Así que no nos cansemos de hacer el bien porque, si seguimos haciéndolo, Dios nos premiará a su debido tiempo” (Gálatas 6:9 TLA).

 

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

REFLXION

Apóyate en Él.

 

 

He visto muchas veces caer a personas de sillas o por apoyarse en algún objeto que no está firme.

Todos nos apoyamos en alguien o en algo, como un ser querido, alguien que nos da la confianza para sostenernos cuando estamos muy agotados o abrumados porque sabemos que en esa persona hallaremos fortaleza.

Es Dios quien ha puesto a nuestro alrededor a gente que es de inspiración, fortaleza y guía, a pesar de que también son falibles, sin embargo no siempre estarán con nosotros, ¿entonces en quién confiaremos?

Asaf, quien era un célebre músico del tiempo de David, levita y uno de los directores de la música del templo, dijo en el Salmo 73: 22-26: Tan torpe era yo, que no entendía; era como una bestia delante de ti. Con todo, yo siempre estuve contigo; me tomaste de la mano derecha. Me has guiado según tu consejo, y después me recibirás en gloria. ¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra. Mi carne y mi corazón desfallecen; más la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre.

En realidad todos somos torpes, nos equivocamos, tomamos decisiones malas hasta somos tercos, orgullosos y demás; pero debemos permanecer a pesar de todo apoyados en Dios porque Él es quien nos guía y no nos desecha. La gente nos desecha cuando cometemos un error o les fallamos, ya no confía en nosotros, pero ocurre de manera diferente con nuestro Señor.

Él permanece con nosotros, nos perdona, restaura, fortalece y transforma nuestro ser, es en quién debemos apoyarnos siempre, en todo tiempo y circunstancia porque su amor no cambia por nosotros.

Apóyate en la Roca firme y aunque caigas Él te levantará.

 

 


Soraida Fuentes 
CVCLAVOZ