Mateo 2:13

La Biblia de las Américas (LBLA)

 

 

 

 

Huida a Egipto

 

 

 

13 Después de haberse marchado ellos, un[f] ángel del Señor se le apareció* a José en sueños, diciendo: Levántate, toma al Niño y a su madre y huye a Egipto, y quédate allí hasta que yo te diga; porque Herodes va a buscar al Niño para matarle[g]. 14 Y él, levantándose, tomó de noche al Niño y a su madre, y se trasladó a Egipto; 15 y estuvo allá hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que el Señor habló por medio del profeta, diciendo: De Egipto llame a mi Hijo.

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

 

 

 

REFLEXION

La Autodisciplina en la Biblia 3 pasos para lograrla
Publicado por Devocionales

 

 

 



“…LO PONGO EN SERVIDUMBRE…” (1 Corintios 9:27b)

Controlarte a ti mismo va a ser siempre tu mayor desafío.

Para conseguirlo debes seguir estos 3 pasos simples:

(1) Conocerte

Pablo escribió: “…golpeo mi cuerpo y lo pongo en servidumbre, no sea que, habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado” (1 Corintios 9:27).

Si Pablo hacía frente a esta posibilidad, es mejor que aprendas a reconocer “las minas” que hay en tu propio camino.

(2) Eliminar excusas

Lucha contra toda tendencia interior a poner excusas.

Lo que era bueno para otros, no lo era para Pablo porque él entendió su misión.

Escucha: “Todo aquel que lucha, de todo se abstiene… para recibir una corona… incorruptible” (1 Corintios 9:25).

(3) Concentrarte en las recompensas

Un matrimonio anciano había pasado un par de días en un camping cuando una familia llegó a su lado.

Tan pronto el vehículo paró, salió un matrimonio con sus tres hijos.

Un niño empezó rápidamente a bajar neveras, mochilas y otros enseres, mientras los otros dos montaban de prisa las tiendas de campaña.

El lugar quedó listo en quince minutos.

El matrimonio de ancianos estaba perplejo.

“Está claro que trabajáis muy bien juntos”, dijo el viejo señor.

“Sólo con el sistema de recompensa adecuado”, contestó el padre.

“¡Nadie va al baño hasta que esté montado el campamento!”.

¡Nada nos motiva más que las recompensas!

Así que la próxima vez que estés tentado a hacer lo que es fácil en vez de lo que es correcto, cambia tu enfoque; ¡piensa en las recompensas en vez de los inconvenientes!

 

 

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

 

 

 

REFLEXION

ES TU RESPONSABILIDAD

 

 

 

 

 



tu responsabilidadDios nos ha dotado con armas poderosas para enfrentar los embates del enemigo, del mundo y especialmente los de la carne.

Dios nos capacita cada vez que buscamos su presencia, cada vez que nos saciamos con su alimento y con su agua de vida.

Así que, no importa cuántas veces tratemos de argumentar nuestras faltas delante de Dios, simplemente somos responsables de pecar.

Es mejor reconocer nuestra falta, nuestra debilidad delante de Dios y humillarnos con un corazón sincero para que Él derrame su misericordia y su perdón sobre nosotros.

Sin embargo, somos facilistas y cuando pecamos preferimos echarle la culpa a Satanás o al mundo y sus placeres, dejando a un lado el peor enemigo que tenemos “nosotros mismos”; sí, así es, nuestra carne es nuestro peor enemigo.

El Señor nos ha dado dominio sobre el pecado, somos nosotros los que decidimos abrirle las puertas para que entre y tome autoridad sobre nuestras vidas.

Cada puerta abierta a la iniquidad, al pecado o a la maldad, es una autorización a Satanás para que haga con nosotros lo que quiera.

Obviamente no podemos esperar nada bueno, si el que rige nuestras vidas es el príncipe de este mundo, de él nada bueno podemos esperar, él se delita en robarnos, matarnos y destruirnos. (Juan 10.10).

Cada vez que la tentación de pecar toque tu puerta, pregúntate sí estás tomando la decisión correcta; tú tienes capacidad y autoridad para elegir qué hacer, si pecar o no pecar.

Dios nos dotó de libre albedrío, podemos elegir; eso sí, si tomas la decisión incorrecta prepárate para asumir las consecuencias de tu mala decisión, independientemente de si eres o no consciente de tu pecado.

Si eres humilde y sensible a la voz del Espíritu Santo de Dios y has pecado, no te condenes, pero tampoco te relajes; ya sabes qué tienes qué hacer: arrepiéntete y apártate del mal, de lo contrario no esperes que las cosas empiecen a cambiar en tu vida. Recuerda, “es mi responsabilidad, tu responsabilidad, nuestra responsabilidad”, no de Dios, no de Satanás, no del mundo; es tu carne la que tiene que morir a ese pecado que estás cometiendo, es tu carne la que se deleita en pecar, es tu carne la que abre las puertas para que en tu vida pueda dominar Satanás.

Mientras más puertas abras al pecado, más autoridad le das a él sobre tu vida, tú eliges ¿quién quieres que rija tu vida?

No pretendamos engañar a Dios, Él sabe lo que ocultamos, Él nos conoce; hasta que no confesemos nuestros pecados delante de Él, no podemos pretender ser bendecidos; cuando estamos en pecado, estamos en maldición.

No podemos seguir con la mentalidad “mediocre” de creer que Dios está con nosotros, cuando estamos en pecado.

No seamos tercos y necios, el pecado nos aparta de la presencia de Dios, no podemos fluir en el Espíritu si su templo está contaminado por el pecado, Él no puede habitar en una casa sucia; Él es limpio, puro, sin mancha alguna.

Asegúrate de mantener tu casa limpia, tu templo justo para que el Espíritu Santo de Dios pueda permanecer en él, en todo momento.

Serás aceptado si haces lo correcto, pero si te niegas a hacer lo correcto, entonces, ¡ten cuidado! el pecado está a la puerta, al acecho y ansioso por controlarte; pero tú debes dominarlo y ser su amo. Génesis 4:7 (Nueva Traducción Viviente).

¡Ya no más excusas, si pecas es porque quieres pecar, porque puedes elegir no hacerlo, es tu responsabilidad… si pecas, no te quejes de las consecuencias, arrepiéntete y apártate del mal!

Autora: Marisela Ocampo Otálvaro