Proverbios 3

 

Beneficios de la sabiduría

 

13 Bienaventurado el hombre que halla sabiduría
        y el hombre que adquiere entendimiento;

14 porque su ganancia es mejor que la ganancia de la plata,
        y sus utilidades mejor que el oro fino.

15 Es más preciosa que las joyas,
        y nada de lo que deseas se compara con ella.

16 Larga vida hay en su mano derecha,
        en su mano izquierda, riquezas y honra.

17 Sus caminos son caminos agradables
        y todas sus sendas, paz.

18 Es árbol de vida para los que de ella echan mano,
        y felices son los que la abrazan.

19 Con sabiduría fundó el SEÑOR la tierra,
        con inteligencia estableció los cielos.

20 Con su conocimiento los abismos fueron divididos
        y los cielos destilan rocío.

21 Hijo mío, no se aparten estas cosas de tus ojos,
        guarda la prudencia y la discreción,

22 y serán vida para tu alma,
        y adorno para tu cuello.

23 Entonces andarás con seguridad por tu camino,
        y no tropezará tu pie.

24 Cuando te acuestes no tendrás temor,
        sí, te acostarás y será dulce tu sueño.

25 No temerás el pavor repentino,
        ni el ataque de los impíos cuando venga,

26 porque el SEÑOR será tu confianza,
        y guardará tu pie de ser apresado.

27 No niegues el bien a quien se le debe,
        cuando esté en tu mano el hacerlo.

28 No digas a tu prójimo: Ve y vuelve,
        y mañana te lo daré,
        cuando lo tienes contigo.

29 No trames el mal contra tu prójimo,
        mientras habite seguro a tu lado.

30 No contiendas con nadie sin motivo,
        si no te ha hecho daño.

31 No envidies al hombre violento,
        y no escojas ninguno de sus caminos;

32 porque el hombre perverso es abominación para el SEÑOR;
        pero El es amigo íntimo de los rectos.

33 La maldición del SEÑOR está sobre la casa del impío,
        pero El bendice la morada del justo.

34 Ciertamente El se burla de los burladores,
        pero da gracia a los afligidos.

35 El sabio heredará honra,
        pero los necios hacen resaltar su deshonra.

 

Un Encuentro Con la Palabra 

 

 

Promesas – Dale Gracias a Dios



Si hay algo que usted desea en la vida, quizás una casa, un auto mejor, o su negocio propio, cuente con Jesús para que le ayude a realizarlo. Y mientras Él está trabajando en eso, ¡recuerde encontrar placer en lo que ya le ha dado!

Hebreos 13:5

Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porqie él dijo: no te desampararé ni te dejaré.

Salmos 34:1
Bendeciré al SEÑOR en todo tiempo; continuamente estará su alabanza en mi boca.

1 Tesalonicenses 5:18
Den gracias en todo, porque ésta es la voluntad de Dios para ustedes en Cristo Jesús.

Efesios 5:20
dando siempre gracias por todo, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, a Dios, el Padre;

Romanos 1:8
En primer lugar, doy gracias a mi Dios por medio de Jesucristo por todos vosotros, porque por todo el mundo se habla de vuestra fe.

Colosenses 3:17
Y todo lo que hacéis, de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias por medio de El a Dios el Padre.

 

Un Encuentro Con la Palabra

 

 

REFLEXION



¿Como Oír la Voz de Dios? 



Yo el Señor, consolaré a Sion; consolaré todos sus paramos... Pueblo mío, prestame atención Nacion mia ¡escúchame! De mi saldrá la ley; mi justicia será la luz de los pueblos. Isaias 51:3-4.


Realmente no nos beneficia mucho que Dios nos diga cómo llegar a un lugar de bendición, si no ponemos atención o si no hacemos lo que Él dice.

Pero no me escucharon ni inclinaron su oído, sino que endurecieron su cerviz e hicieron peor que sus padres. Jeremías 7:26

Pero definitivamente la desobediencia nos roba la bendición que Dios tiene destinada para nosotros. 

Al desobedecerlo, perdemos nuestro derecho a disfrutar fragmentos del escenario diseñado cuidadosamente por Él para nuestras vidas. 

Y nuestra rebeldía contra Sus caminos definitivamente provoca que “perdamos” algunas recompensas en nuestras vidas, exactamente como nos perdernos de ver algo de interés cuando un guía de turistas nos dice que miremos a la izquierda y nosotros elegimos mirar al otro lado.

Como hemos aprendido antes, ha sido muy poco lo que nuestra cultura nos ha enseñado acerca de las cosas de Dios. 

Esto es especialmente cierto cuando se trata del concepto de la obediencia.

Con demasiada rapidez elaboramos en nuestra mente una imagen de obediencia que se parece a un recluta infeliz, dando un saludo militar con rigidez y disponiéndose a cumplir sus obligaciones cristianas. 

O pensamos en un sirviente hostigado que debe añadir otra tarea imposible a su horario ya sobresaturado.

Peor que eso, quizá algunas veces sentimos que la obediencia significa hacer cosas sólo porque tenemos que hacerlas, sólo porque Dios dice que las hagamos, como si hubiera diseñado un curso de obstáculos lleno de actividades que “tienes que” realizar, para ver quién está realmente comprometido con Su causa.

Nada podría estar más lejos de la verdad. Aunque la obediencia generalmente involucra hacer algo como resultado de lo que escuchas, su significado básico, el corazón de la obediencia, sencillamente es escuchar y poner atención a lo que Dios te dice. 

Ese es el significado de la palabra obedecer: "escuchar atenta y cuidadosamente para que realmente oigas lo que fue dicho."

Ahora, aquí está la pregunta más importante acerca de la obediencia, y dependiendo de cómo interpretas el favor y el amor de Dios hacia ti, y Su compromiso total con tu bienestar y gozo, tu corazón contestará casi instintivamente: ¿Tenemos que obedecer al Señor o tenemos la oportunidad de obedecerlo? ¿Debemos escucharlo o podemos escucharlo?

Jesús dice que “de la abundancia del corazón [el nuestro] habla la boca” (Lucas 6:45). Puesto que el corazón de Dios está completamente lleno de amor y afecto por nosotros, lo que Él nos dice en Su Palabra por medio de Su Espíritu, es una expresión de ese amor. 

Él nos dice lo que nos dice porque quiere precisamente lo mejor para nosotros.

Es por eso que Hoy me siento motivado a prestarle mayor atención a Dios.
Señor, Tu captas mi atención y quiero oírte con mi corazón abierto. Amén.