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Isaías 41:10 La Biblia de las Américas

Promesa de ayuda a Israel

41 Guardad silencio ante mí, costas[a],
y renueven sus fuerzas los pueblos;
acérquense y entonces hablen,
juntos vengamos a juicio.
¿Quién ha levantado del oriente

al que Él llama en justicia a sus pies[b]?
Ante Él entrega naciones,
y a reyes somete.
Los deja como polvo con su espada,
como hojarasca dispersa con su arco.
Los persigue, pasando seguros
por una senda por donde no habían andado[c] sus pies.
¿Quién lo ha hecho y lo ha realizado,
llamando a las generaciones desde el principio?
Yo, el Señor, soy el primero, y con los postreros soy.

Las costas[d] han visto y temen,
tiemblan los confines de la tierra,
se han acercado y han venido.
Cada uno ayuda a su prójimo,

y dice a su hermano: Sé fuerte.
El artífice anima al fundidor,
y el que alisa a martillo al que bate el yunque,
diciendo de la soldadura: Está bien.
Entonces[e] asegura su obra con clavos,
para que no se mueva.
Pero tú, Israel, siervo mío,
Jacob, a quien he escogido,
descendiente[f] de Abraham, mi amigo;
tú, a quien tomé de los confines de la tierra,
y desde sus lugares más remotos te llamé,
y te dije: «Mi siervo eres tú;
yo te he escogido y no te he rechazado»:
10 No temas, porque yo estoy contigo;
no te desalientes[g], porque yo soy tu Dios.
Te fortaleceré, ciertamente te ayudaré,
sí, te sostendré con la diestra de mi justicia.

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

 

REFLEXION

¿Sabías que la luz no puede reflejarse sola?

Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ

Estamos tan acostumbrados a ver la luz que quizás nunca nos pusimos a pensar que la luz no puede reflejarse sola, ¿lo sabías?

Las partículas de polvo y la luz

Samuel Vila, cuenta una anécdota en su libro en la que relata que cuando era niño le gustaba entrar en una habitación oscura en la que sólo penetrara un rayo de luz por una rendija. Pensaba que podía agarrar la luz y extendía la mano tratando de apresar el rayo entre los dedos.

Cuando fue mayor se dio cuenta de que el rayo sólo era visible por las partículas de polvo que había en el aire. Si hubieran filtrado todo el polvo de la habitación, habría sido imposible ver el rayo.

Se necesita un objeto para que la luz se refleje

La luz es invisible, pero si se pone un objeto bajo el rayo de luz, al instante ésta se vuelve visible y es reflejada a todos los rincones de la habitación. La luz, para ser visible y efectiva, requiere que se la refleje.

De igual manera sucede con las Buenas Nuevas, que tienen abundante luz como para iluminar un mundo lleno de oscuridad, pero hay necesidad también de personas que reflejen debidamente esta luz que es Jesucristo.

Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida

Juan 8:12 (RVR1960)

¿Listo para reflejar a Jesús?

Tú puedes

ayudar a que la Luz del mundo se refleje en esta humanidad que cada vez se encuentra en mayor oscuridad.

Pues el Señor nos dio este mandato cuando dijo: “Yo te he hecho luz para los gentiles, a fin de llevar salvación a los rincones más lejanos de la tierra”

Hechos 13:47 (NTV)

La gente está necesitando las Buenas Nuevas y nosotros podemos ser quienes las irradiemos al mundo, ¿qué esperas para iluminar el mundo?

Ana María Frege Issa

CVCLAVOZ

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

 

REFLEXION

Me siento débil, aunque “soy un oso”

Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ

“Me siento débil”, menciona el cuento de un oso del que quisiera compartirte su mensaje: “Me gusto a mí mismo, sé lo que quiero y vivo contento, soy fantástico, me esmero en cuidar mi apariencia, me alegro por los pequeños detalles de la vida y las cosas grandes. Adoro las sorpresas, siempre estoy dispuesto a divertirme, soy valiente, no le tengo miedo a nada; pero, existen días que me siento solo y pequeño”.

A veces me amo y otros días soy débil

Es difícil creer que un oso pueda sentirse débil cuando es tan grande y desafiante; sin embargo, a pesar de que es un cuento de niños, sus palabras encierran la realidad.

Todos en algún momento de nuestra vida hemos presentado altibajos; un día podemos sentirnos tan fuertes y felices, y al otro estar tristes, débiles o indefensos. También les pasó a los siervos del Señor, aquellos que hicieron milagros.

¡Basta ya, oh Jehová, quítame la vida!

"Viendo, pues, el peligro, se levantó y se fue para salvar su vida, y vino a Beerseba, que está en Judá, y dejó allí a su criado. Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres."

1 Reyes 19:3-4 (RVR 1960).

Este pasaje hace referencia a Elías, un hombre que desafió a los profetas de Baal, para mostrarles quién era el verdadero Dios. Obviamente los seguidores de ese ídolo no recibieron respuesta a pesar que hicieron muchos intentos, pero el varón de Jehová hizo una oración y el Señor le respondió.

Entonces, el pueblo abriendo sus ojos atrapó y mató a los falsos profetas. Enterándose de esta situación la reina amenazó de muerte a Elías, por lo que tuvo que escapar al desierto, sintiéndose el ser más débil del mundo.

Todos podemos sentirnos débiles

A pesar de que Elías fue testigo del poder del Señor, llegó un momento en el que se sintió débil, a tal punto de pedir a Dios que le quite la vida. Así mismo, puede pasarnos a nosotros, que somos seres humanos con sentimientos, a veces podemos sentirnos tan fuertes, como débiles; llenos de gozo y tristes; creer en los milagros y en ocasiones dudar de ellos.

Pero, quisiera que aprendas una enseñanza valiosa: Elías no se estancó en sus emociones, Dios lo buscó y escuchó su voz. Si estás enfrentando un tiempo de debilidad y tristeza, a pesar de conocer al Señor, no te sientas mal; te animo a acercarte a tu Padre, aquel que siempre te busca y espera con los brazos abiertos. No olvides que Él conoce tus debilidades y quiere ayudarte.

Shirley Chambi

CVCLAVOZ