Deuteronomio 32:8

La Biblia de las Américas (LBLA)

 

 

 

Cántico de Moisés

 

 

 

32 Prestad atención, oh cielos, y dejadme hablar;
y escuche la tierra las palabras de mi boca.
Caiga como la lluvia mi enseñanza,
y destile como el rocío mi discurso,
como llovizna sobre el verde prado
y como aguacero sobre la hierba.
Porque yo proclamo el nombre del Señor;
atribuid grandeza a nuestro Dios.
¡La Roca! Su obra es perfecta,
porque todos sus caminos son justos[a];
Dios de fidelidad y sin injusticia,
justo y recto es El.
En forma corrompida se han[b] portado con El.
No son sus hijos, debido a los defectos de ellos;
son una generación perversa y torcida.
¿Así pagáis al Señor,
oh pueblo insensato e ignorante?
¿No es El tu padre que te compró?
El te hizo y te estableció.
Acuérdate de los días de antaño;
considera los años de todas las generaciones.
Pregunta a tu padre, y él te lo hará saber;
a tus ancianos, y ellos te lo dirán.
Cuando el Altísimo dio a las naciones su herencia,
cuando separó los hijos del hombre[c],
fijó los límites de los pueblos
según el número de los hijos de Israel.
Pues la porción del Señor es su pueblo;
Jacob es la parte de su heredad.
10 Lo encontró en tierra desierta,
en la horrenda[d] soledad de un desierto;
lo rodeó, cuidó de él,
lo guardó como a la niña de sus ojos.
11 Como un águila que despierta su nidada,
que revolotea sobre sus polluelos,
extendió sus alas y los tomó,
los llevó sobre su plumaje.
12 El Señor solo lo guió,
y con él no hubo dios extranjero.
13 Lo hizo cabalgar sobre las alturas de la tierra,
y comió el producto del campo;
le hizo gustar[e] miel de la peña,
y aceite del[f] pedernal,
14 cuajada de vacas y leche de ovejas,
con grosura de corderos,
y carneros de raza de Basán y machos cabríos,
con lo mejor del trigo;
y de la sangre de uvas bebiste vino.

15 Pero Jesurún[g] engordó y dio coces
(has engordado, estás cebado y rollizo);
entonces abandonó a Dios que lo hizo,
y menospreció a la Roca de su salvación.
16 Le provocaron a celos con dioses extraños,
con abominaciones le provocaron a ira.
17 Ofrecieron sacrificios a demonios, no a Dios,
a dioses que no habían conocido,
dioses nuevos que vinieron recientemente,
a los que vuestros padres no temieron.
18 Despreciaste a la Roca que te engendró,
y olvidaste al Dios que te dio a luz.

19 Y el Señor vio esto, y se llenó de ira[h]
a causa de la provocación de sus hijos y de sus hijas.
20 Entonces El dijo: “Esconderé de ellos mi rostro,
veré cuál será su fin;
porque son una generación perversa,
hijos en los cuales no hay fidelidad.
21 “Ellos me han provocado a celo con lo que no es Dios;
me han irritado con sus ídolos[i].
Yo, pues, los provocaré a celos con los que no son un pueblo;
los irritaré con una nación insensata,
22 porque fuego se ha encendido en mi ira,
que quema hasta las profundidades del Seol[j],
consume la tierra con su fruto,
e incendia los fundamentos de los montes.

23 “Amontonaré calamidades sobre ellos,
emplearé en ellos mis saetas.
24 “Serán debilitados por el hambre, y consumidos por la plaga[k]
y destrucción amarga;
dientes de fieras enviaré sobre ellos,
con veneno de serpientes que se arrastran en el polvo.
25 “Afuera traerá duelo la espada,
y dentro el terror,
tanto al joven como a la virgen,
al niño de pecho como al hombre encanecido.
26 “Yo hubiera dicho: ‘Los haré pedazos,
borraré la memoria de ellos de entre los hombres’,
27 si no hubiera temido la provocación del enemigo,
no sea que entendieran mal sus adversarios,
no sea que dijeran: ‘Nuestra mano ha triunfado[l],
y no es el Señor el que ha hecho todo esto.’”

28 Porque son una nación privada[m] de consejo,
y no hay en ellos inteligencia.
29 Ojalá que fueran sabios, que comprendieran esto,
que discernieran su futuro[n].
30 ¿Cómo es que uno puede perseguir a mil,
y dos hacer huir a diez mil,
si su Roca no los hubiera vendido,
y el Señor no los hubiera entregado?
31 En verdad, su roca no es como nuestra Roca;
aun nuestros mismos enemigos así lo juzgan[o].
32 Porque la vid de ellos es de la vid de Sodoma
y de los campos de Gomorra;
sus uvas son uvas venenosas,
sus racimos, amargos.
33 Su vino es veneno de serpientes,
y ponzoña mortal[p] de cobras.

34 “¿No tengo yo esto guardado conmigo,
sellado en mis tesoros?
35 “Mía es la venganza y la retribución;
a su tiempo el pie de ellos resbalará,
porque el día de su calamidad está cerca,
ya se apresura lo que les está preparado.”
36 Porque el Señor vindicará a su pueblo
y tendrá compasión de sus siervos,
cuando vea que su fuerza[q] se ha ido,
y que nadie queda, ni siervo ni libre.
37 Dirá El entonces: “¿Dónde están sus dioses,
la roca en que buscaban refugio,
38 los que comían la grosura de sus sacrificios,
y bebían el vino de su libación?
¡Que se levanten y os ayuden!
¡Que sean ellos vuestro refugio!
39 “Ved ahora que yo, yo soy el Señor[r],
y fuera de mí no hay dios.
Yo hago morir y hago vivir.
Yo hiero y yo sano,
y no hay quien pueda librar de mi mano.
40 “Ciertamente, alzo a los cielos mi mano,
y digo: Como que vivo yo para siempre,
41 cuando afile mi espada flameante[s]
y mi mano empuñe la justicia,
me vengaré de mis adversarios
y daré el pago a los que me aborrecen.
42 “Embriagaré mis saetas con sangre,
y mi espada se hartará de carne,
de sangre de muertos y cautivos,
de los jefes[t] de larga cabellera del enemigo.”
43 Regocijaos, naciones, con su pueblo,
porque El vengará la sangre de sus siervos;
traerá venganza sobre sus adversarios,
y hará expiación por su tierra y su pueblo.

 

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

 

Promesas de Dios-> Puedo perdonar, pero no olvidar, es solo otra forma de decir: No voy a perdonar.

 

 

El perdón debe ser como una nota de cancelación, rota en dos pedazos y quemada, así nunca se podrá mostrar en contra.

Cuando haga un compromiso de perdonar a otra persona, pida al señor que le sana del impacto que el hecho hizo en su vida.


Perdone, olvide y empiece de nuevo.

 

Efesios 4:32
Antes sed benignos unos con otros perdonándonos unos a otros como Dios también nos perdonó a nosotros en Cristo.

Mateo 6:14 Porque si perdonáis a los hombres sus transgresiones, también vuestro Padre celestial os perdonará a vosotros.

Mateo 18:33 “¿No deberías tú también haberte compadecido de tu consiervo, así como yo me compadecí de ti?

1 Corintios 13:4 El amor es paciente, es bondadoso; el amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no es arrogante;

2 Corintios 2:7 así que, por el contrario, vosotros más bien deberíais perdonar lo y consolar lo, no sea que en alguna manera éste sea abrumado por tanta tristeza.

2 Corintios 2:10 Pero a quien perdonéis algo, yo también lo perdono; porque en verdad, lo que yo he perdonado, si algo he perdonado, lo hice por vosotros en presencia de Cristo,

Efesios 5:1 Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados;

Colosenses 3:12 Entonces, como escogidos de Dios, santos y amados, revestíos de tierna compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia;

Colosenses 3:13 soportándoos unos a otros y perdonándoos unos a otros, si alguno tiene queja contra otro; como Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.

1 Pedro 3:8 En conclusión, sed todos de un mismo sentir, compasivos, fraternales, misericordiosos y de espíritu humilde;

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

¿Preparado para la muerte?

 

 

 



Todos los días escuchamos noticias que nos hacen reflexionar acerca de la vida y lo pasajera que ésta es.

En Lucas 16: 19.31, encontramos la historia del hombre rico que escogió tener una vida desordenada, gozaba de su dinero y nunca le daba las gracias a Dios por sus triunfos ni lo consideraba en nada, sin darse cuenta que la muerte estaba cerca. Un día este hombre murió y tuvo que comparecer ante Dios y rendirle cuentas de lo que había hecho en este mundo.

En cambio, el apóstol Pablo no pensaba en sí mismo, siempre le daba la gloria a Dios por todas las cosas que hizo, vivía concentrado en las metas que el Padre le había dado, su vida estaba centrada en Dios. 

No le tenía miedo a la muerte, pues decía: “Pues para mí, el vivir es Cristo y el morir es ganancia” Filipenses 1:21 (RVR 1960).

El día que Pablo murió, sus últimas palabras fueron: “Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida” 2 Timoteo 4:6-8 (RVR 1960)

Él ya estaba preparado para recibir la muerte, muchos no están preparados para esto, confiando en su juventud, su buena salud y muchas otras cosas más pero desconocemos lo que nos depara el mañana; por lo que debemos reflexionar acerca de si estamos listos para ir a la presencia de Dios o no.

“Nunca sabe nadie cuándo le llegará su hora: así como los peces quedan atrapados en la red y las aves en la trampa, así también el hombre, cuando menos lo espera, se ve atrapado en un mal momento”. Eclesiastés 9:12 (DHH)

Al igual que el apóstol Pablo, ¿Puedes decir que estás preparado para presentarte ante Dios y afirmar que has peleado la buena batalla, has acabado la carrera y, lo más importante, que has guardado la fe?

Te animo a que si aún no estás preparado tomes una decisión en este momento, estás a tiempo de poner tu vida a cuentas con Dios. Cada mañana dale gracias por un nuevo día más de vida que te dio.



Lourdes Villarroel
CVCLAVOZ