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Salmos 105:18 La Biblia de las Américas (LBLA)

Las obras maravillosas del Señor en favor de Israel

105 Dad gracias al Señor, invocad su nombre;
dad a conocer sus obras entre los pueblos.
Cantadle, cantadle alabanzas;
hablad de[a] todas sus maravillas.
Gloriaos[b] en su santo nombre;
alégrese el corazón de los que buscan al Señor.
Buscad al Señor y su fortaleza;
buscad su rostro continuamente.
Recordad las maravillas que El ha hecho,
sus prodigios y los juicios de su boca,
oh simiente de Abraham, su siervo,
hijos de Jacob, sus escogidos.
El es el Señor nuestro Dios;
sus juicios están en toda la tierra.

Para siempre se ha acordado de su pacto,
de la palabra que ordenó a mil generaciones,
del pacto que hizo con Abraham,
y de su juramento a Isaac.
10 También lo confirmó a Jacob por estatuto,
a Israel como pacto eterno,
11 diciendo: A ti te daré la tierra de Canaán
como porción[c] de vuestra heredad.
12 Cuando eran pocos en número,
muy pocos, y forasteros en ella,
13 y vagaban de nación en nación,
y de un reino a otro pueblo,
14 El no permitió que nadie los oprimiera,
y por amor a ellos reprendió a reyes, diciendo:
15 No toquéis a mis ungidos,
ni hagáis mal a mis profetas.

16 Y llamó al hambre sobre la tierra,
quebró todo sustento de pan.
17 Envió a un hombre delante de ellos,
a José, vendido como esclavo.
18 Con grillos afligieron sus pies,
él mismo fue puesto en cadenas[d],
19 hasta que su predicción[e] se cumplió;
la palabra del Señor lo puso a prueba[f].
20 El rey envió, y lo soltó,
el soberano de los pueblos, lo puso en libertad.
21 Lo puso por señor de su casa,
y administrador[g] sobre todos sus bienes,
22 para que encarcelara[h] a sus príncipes a voluntad suya,
y a sus ancianos enseñara sabiduría.
23 También Israel entró en Egipto,
así peregrinó Jacob en la tierra de Cam.
24 E hizo que su pueblo se multiplicara mucho[i],
y los hizo más fuertes que sus adversarios.

25 Cambió el corazón de éstos para que odiaran a su pueblo,
para que obraran astutamente contra sus siervos.
26 Envió a Moisés su siervo,
y a Aarón a quien había escogido.
27 Estos hicieron las maravillas de Dios[j] entre ellos,
y prodigios en la tierra de Cam.
28 Mandó tinieblas e hizo que se oscureciera,
pero ellos no prestaron atención a[k] sus palabras.
29 Convirtió sus aguas en sangre,
e hizo morir sus peces.
30 Pululó su tierra de ranas
hasta en las alcobas de sus reyes.
31 El habló, y vinieron enjambres de moscas
y mosquitos[l] por todo su territorio.
32 Les dio granizo por lluvia,
y llamas de fuego en su tierra.
33 Devastó también sus vides y sus higueras,
y destrozó los árboles de sus territorios.
34 El habló, y vinieron langostas,
y orugas sin número;
35 que devoraron toda la vegetación de su país,
y se comieron el fruto de su suelo.
36 También hirió de muerte a todo primogénito de su tierra;
las primicias de todo su vigor.

37 Pero a ellos los sacó con plata y oro,
y entre sus tribus no hubo quien tropezara.
38 Egipto se alegró cuando se fueron,
porque su terror había caído sobre ellos.
39 Extendió una nube para cubrirlos[m],
y fuego para iluminarlos de noche.
40 Pidieron[n], y les mandó[o] codornices,
y los sació de pan del cielo.
41 Abrió la roca, y brotaron las aguas;
corrieron como un río en tierra seca.
42 Porque se acordó de su santa palabra
dada a Abraham su siervo,
43 y sacó a su pueblo con alegría,
y a sus escogidos con gritos de júbilo.
44 También les dio las tierras de las naciones[p],
y poseyeron el fruto del trabajo de los pueblos,
45 a fin de que guardaran sus estatutos,
y observaran sus leyes.
¡Aleluya[q]!

 

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

El Espíritu De Superación
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“…en todas estas cosas somos más que vencedores…” (romanos 8:37)

El compositor Gian Carlo Menotti dijo: “El infierno comenzará el día en que Dios nos permita ver los dones que no hemos aprovechado y todo lo que podríamos haber hecho pero que no lo hicimos”. Wilma Rudolph, quien ganó tres medallas de oro en las olimpiadas de 1960, estaría de acuerdo con eso. Lo que ella logró allí no fue tan impresionante como lo que superó. Cuando era una niña, “Willie” contrajo polio y no podía andar sin sus aparatos ortopédicos. Luego, a los 13 años, recuperó la movilidad de las piernas y ¡se convirtió en la mujer más rápida de la historia! No obstante, sus desafíos no fueron sólo físicos. Siendo uno de los veintidós hijos de una familia pobre de color, nos ha inspirado por vencer la pobreza y la animosidad racial hacia ella. Decía: “No puedo” son dos palabras que no existen en mi vocabulario. A los dos años de edad, Scott Hamilton, un famoso patinador olímpico, dejó de crecer debido a una enfermedad en la infancia que casi le mató.

A pesar de ello, sus padres le animaron en su rehabilitación enseñándole a patinar, y ¡el resto es historia! En 1976, cuando Brad Parks quedó en una silla de ruedas después de sufrir un gravísimo accidente, se dedicó a lanzar pelotas con una raqueta de tenis contra la puerta de su cochera para fortalecer los brazos. Tres años más tarde formó la Fundación Nacional de Tenis en Silla de Ruedas. Pablo dijo: “…en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de Aquél que nos amó” (Romanos 8:37). Rick Warren escribió: “¿Por qué usa el Señor nuestras debilidades? Porque cuando lo hace, Él obtiene toda la gloria. Si Él sólo usa tus puntos fuertes, otros podrían mirarte y sentir celos, o desanimarse. Pero cuando Dios te usa a pesar de tus debilidades, llegarán a la conclusión: “¡El Señor puede usarme a mí también!”. No tienes tus debilidades por casualidad… Dios las permite con el propósito de mostrar su poder por medio de ti.


“…MI PODER SE PERFECCIONA EN LA DEBILIDAD” (2 Corintios 12:9b)

A los 19 meses, Helen Keller contrajo una enfermedad que la dejó sorda y ciega. En aquellos tiempos, los “sordomudos” eran tratados como unos idiotas. Pero los padres de Helen no estaban de acuerdo con eso. Contrataron a una profesora llamada Anne Sullivan para hacer actividades con ella, y finalmente aprendió a leer y escribir en Braille. Para sorpresa de todos, en 1904 se graduó con matrícula de honor en la Universidad de Radcliffe y después dedicó su vida a ayudar a otros discapacitados. El filántropo Andrew Carnegie le pagaba un salario anual, los escritores Mark Twain y Robert Louis Stevenson la elogiaban con frecuencia y casi todos los presidentes de su tiempo la invitaron a la Casa Blanca. Cuando se le preguntó si había algo peor que estar ciega, Helen respondió: “Sí, tener vista pero carecer de visión”. Aunque Helen murió en 1968, su legado de valentía continúa vivo. A los 12 años de edad, Thomas Edison perdió una gran parte de su capacidad auditiva, por lo que sus profesores recomendaron que abandonase la escuela. En cambio, Edison aprovechó su discapacidad para evitar las distracciones y concentrarse en su trabajo. El resultado fue que el niño que había sido cualificado de “estudiante lento”, le regaló al mundo más de mil inventos, incluyendo la bombilla, el tocadiscos y la cámara cinematográfica.

En cualquier caso, ¿quién es capaz de definir lo que es “normal”? ¿Se trata de ser bajo en vez de alto, o rico en vez de pobre…? La verdad es que Dios nos ha dado a cada uno de nosotros aptitudes únicas que Él espera que descubramos. Y es interesante destacar que los “verdaderos” discapacitados no son los que han nacido con desafíos físicos o síquicos, sino más bien los llamados “normales” que han permitido que la apatía y las limitaciones sean parte de sus vidas. El Señor dice: “…mi poder se perfecciona en la debilidad” (2 Corintios 12:9b), de modo que puedes dejar que las dificultades te obstaculicen o te inspiren. ¿Qué vas a elegir?

 

 

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

¿Quién soy yo para que un rey muera por mí?

 

 

 

Existía un Rey muy reconocido por su justicia, cuando alguien transgredía la ley en aquel lugar él se encargaba de verificar por sí mismo la inocencia de la persona. Así que aquel que era encontrado culpable recibía un duro castigo, treinta azotes que lo dejaban desmayado o un paso de la muerte.

En una ocasión encontraron a su propia madre transgrediendo la ley y la llevaron delante de él. Después que el Rey se percató de la dura realidad, ordenó llevar a su madre al lugar donde se daban los castigos, quitándose la ropa de la realeza, abrazó a su madre por la espalda y dijo: ¡Azótenla! Los guardias tuvieron que azotar las espadas del rey y todos quedaron sorprendidos por su justicia y amor.
Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en Él, el pecado de todos nosotros. Isaías 53:6
Al igual que la historia, nosotros merecíamos ser castigados por nuestros pecados, pero Jesús se adelantó, dejó la ropa de la realeza, bajó de su trono y se puso en nuestro lugar.El castigo del pecado lo deberíamos recibir nosotros, pero Jesús llevó ese castigo por justicia y amor.

¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él, o el hijo del hombre, para que le visites? Hebreos 2:6

Realmente no merecíamos nada de Dios, por eso a muchas personas les resulta difícil creer en Él, ya que es difícil asimilar que por voluntad propia Jesús se ofreció y pagó un precio por nosotros. Ahora que conoces lo que Jesús hizo por ti, te animo a pedirle perdón por tus pecados, e invitarlo a ingresar a tu vida y a tu corazón. Dale gracias porque aunque somos hechos de polvo, se acuerda de ti y te visita.

Si eres una persona que ya ha aceptado a Jesús en su corazón, e incluso asistes a una iglesia, en estos momentos recuerda de dónde te ha sacado y dale “gracias”. Te animo a cantarle una parte de esta hermosa canción: “Ahora quiero amarte, vivir para agradarte, como tú te entregaste, sin reservas me amaste, así, así quiero Amarte, así quiero Amarte” (Jesús Adrián Romero).

¡Jesús se hizo hijo de hombre para que seas hijo de Dios!

 

 

 

 

Shirley Chambi 
CVCLAVOZ