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2 Corintios 8:2 La Biblia de las Américas (LBLA)

 

 

 

 

 

 

Generosidad de los macedonios

 

 

 

Ahora, hermanos, os damos a conocer la gracia de Dios que ha sido dada en las iglesias de Macedonia; pues en medio de una gran prueba de aflicción, abundó[a] su gozo, y su profunda pobreza sobreabundó en la riqueza de su liberalidad. Porque yo testifico que según sus posibilidades, y aun más allá de sus posibilidades, dieron de su propia voluntad, suplicándonos con muchos ruegos el privilegio[b] de participar en el sostenimiento de[c] los santos; y estono como lo habíamos esperado, sino que primeramente se dieron a sí mismos al Señor, y luego a nosotros por la voluntad de Dios. En consecuencia, rogamos a Tito que como él ya había comenzado antes, así también llevara a cabo en vosotros esta obra de gracia. Mas así como vosotros abundáis en todo: en fe, en palabra, en conocimiento, en toda solicitud, y en el amor que hemos inspirado en vosotros[d], ved que también abundéis en esta obra de gracia. No digo esto como un mandamiento, sino para probar[e], por la solicitud de otros, también la sinceridad de vuestro amor. Porque conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que siendo rico, sin embargo por amor a vosotros se hizo pobre, para que vosotros por medio de su pobreza llegarais a ser ricos. 10 Y doy mi opinión en este asunto, porque esto os conviene a vosotros, que fuisteis los primeros en comenzar hace un año no sólo a haceresto, sino también a desear hacerlo. 11 Ahora pues, acabad también de[f]hacerlo; para que como hubo la buena voluntad para desearlo, así también la haya para llevarlo a cabo según[g] lo que tengáis. 12 Porque si hay[h] buena voluntad, se acepta según lo que se tiene, no según lo que no se tiene.13 Esto[i] no es para holgura de otros y para aflicción vuestra, sino para que haya igualdad; 14 en el momento actual vuestra abundancia suple la necesidad de ellos, para que también la abundancia de ellos supla[j] vuestra necesidad, de modo que haya igualdad. 15 Como está escrito: El que recogió mucho, no tuvo demasiado; y el que recogió poco, no tuvo escasez.

 

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

 

REFLEXION

Padres, ¿Cómo Equipar a Tus Hijos Para La Vida?
Publicado por: Devocionales en Articulos Cristianos 0

 

 

 

“…PARA HACER VOLVER LOS CORAZONES DE LOS PADRES A LOS HIJOS…” (Lucas 1:17)

Hay muchos estudios que revelan las consecuencias del “déficit paterno”. Demasiados niños están creciendo hoy en día sin la presencia y la guía del padre. Y por ello no les va bien en la vida, en las relaciones o en el matrimonio. Entonces ¿Cómo equipas a tus hijos para enfrentarse a la realidad de la vida?

1) Mantente al corriente de cómo les va.

Fíjate en lo que les entusiasma. Pregúntales qué asignaturas les gustan y cuáles les cuestan. Mira quiénes son sus amigos y con quiénes pasan tiempo en los recreos y después del colegio. Escúchalos y aprende. Llévalos de vez en cuando a desayunar o a comer una hamburguesa; se sienten muy importantes cuando pasan tiempo solos con su padre.

2) Enséñales a defenderse.

Una de las tragedias actuales de los jóvenes es la tasa cada vez más alta de suicidio por culpa del acoso escolar. Enseña a tus hijos a defenderse. Enséñales respeto y a cómo protegerse y hacerse valer, preguntando en clase cuando tienen dudas y expresando con valentía lo que creen. Enséñales a tener firmeza cuando se les trate injustamente. Los niños que se dejan acosar van a seguir siendo víctimas después.

3) Dales buen ejemplo.

Por mucho que les “prediques”, a menos que pongas en práctica lo que dices tus hijos no oirán más que una cosa: ‘Bla, bla, bla’. Les puedes decir que es muy importante estar sano y activo, pero si te pasas el día sentado comiendo bolsas de patatas fritas y viendo el fútbol en la tele, no los convencerás. Da ejemplo poniéndote en forma y llevando un estilo de vida con actividades e intereses saludables; ya verás cómo piensan que es muy “guay” ser como papá.


“…NO HAY MUCHOS PADRES DISPUESTOS A PASAR TIEMPO CON VOSOTROS Y AYUDAROS A CRECER…” (1 Corintios 4:15 parafraseado)
Padre, haz lo siguiente por tus hijos:

1) Adviérteles de los peligros de creerse con derecho a todo.

Es verdad que los padres deben brindarles amor incondicional, pero algunos piensan que sus hijos no pueden hacer nada malo, ¡incluso cuando lo hacen! Por consiguiente, los niños crecen con expectativas poco realistas y con una visión distorsionada de la vida. Todos tenemos una especie de registro en el que queda constancia de los triunfos y los fracasos de la vida. Haz que tus hijos entiendan que es humano cometer errores; si no, estarán engañándose y más adelante sufrirán las consecuencias. Los niños aprenden por medio de sus fallos a manejar la desilusión, lo cual los prepara para cuando en la vida no les salgan las cosas como deseaban.

2) Enséñales la verdad sobre la muerte; la tuya y la de ellos.

La Biblia dice: “Está establecido para los hombres que mueran una sola vez…” (Hebreos 9:27). Deben saber que la muerte es una realidad universal y no un castigo divino. Enséñales que la vida, por muy larga que sea, es un regalo para aprovechar al máximo. Y que el Cielo es una reunión familiar que no deberían perderse. El fallecimiento de un amigo o de un familiar puede ser una buena oportunidad para calmar sus temores y equiparles para enfrentar la pérdida, el duelo y la recuperación.

3) Demuéstrales por qué te casaste con su madre.

Es la relación más formativa en los primeros años; y la que más va a influir en la clase de adulto que van a llegar a ser, la elección de su pareja y su felicidad futura. Cuando te ven a ti amar a su madre, tratarla como a una reina y darle consideración y honor te admirarán, valorarán y querrán imitar a su fantástico papá.

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

Fuera desechos

 

 

 

Muchas veces nos han lastimado, ya sea intencionalmente o por accidente, y eso hace que en el corazón crezcan raíces de rencor y hasta sed de venganza.

La acción de perdonar se define como abstenerse de vengar una ofensa recibida, sin deseos de guardar resentimiento ni rencor sino de renunciar al supuesto derecho de vengarse, sin importar lo que la otra persona haya hecho. Por el contrario, rencor es rehusarse a ceder ante el resentimiento, insistiendo en que el culpable pague por el daño que haya ocasionado.
Perdonar puede ser difícil porque la creencia más común es que el culpable no debe escapar de ser castigado como lo merece. Sin embargo, al haber creído en Cristo como nuestro Salvador renunciamos a lo que creemos que es nuestro derecho de vengarnos por nuestra propia cuenta.

En realidad, nuestra responsabilidad es perdonar y dar lugar a que el Señor se ocupe de lo demás. Cuando Pedro preguntó al Señor que si su hermano pecara contra él, cuántas veces debería perdonarlo Jesús le contestó:

“Setenta veces siete” Mateo 18.21-22 (RVR1960), con lo que quiso decir que nuestra disposición a perdonar debe ser ilimitada. Además, tarde o temprano descubriremos que si nos resistimos a perdonar a quien nos ofendió, como resultado experimentaremos muchas consecuencias lamentables, pues el rencor afecta nuestra vida de oración. No podemos tener una vida positiva de oración y a la vez albergar amargura y rencor en nuestro corazón. Afecta nuestra adoración, nuestro testimonio. ¿Cómo podremos hablarle a alguien del perdón inagotable de nuestro Padre celestial y seguir manteniendo una mala actitud hostil hacia quien nos haya herido? Afecta incluso a los que nos rodean.

Hoy te invito a renunciar a todo rencor, ira, sed de venganza y limpiar tu vida de todos esos sentimientos que sólo son desperdicios que deben ser desechados de nuestra vida. Dios escuchará nuestras palabras, verá los deseos de nuestro corazón, nos perdonará, limpiará y resolverá el asunto.

 

 

 

 

Telma Céspedes
CVCLAVOZ