Ezequiel 20:40-41

La Biblia de las Américas (LBLA)

 

 

 

Relato de la infidelidad de Israel

 

 

 

20 Y sucedió que en el año séptimo, el día diez del quinto mes, vinieron algunos[a] de los ancianos de Israel a consultar al Señor, y se sentaron delante de mí. Y vino a mí la palabra del Señor, diciendo: Hijo de hombre, habla a los ancianos de Israel y diles: “Así dice el Señor Dios[b]: ‘¿Venís a consultarme? Vivo yo, que no me dejaré consultar por vosotros’” —declara el Señor Dios. ¿Los juzgarás? ¿Los juzgarás, hijo de hombre? Hazles saber las abominaciones de sus padres, y diles: “Así dice el Señor Dios: ‘El día que escogí a Israel y juré[c] a los descendientes[d] de la casa de Jacob, me di a conocer a ellos en la tierra de Egipto, y les juré diciendo: Yo soy el Señor vuestro Dios; aquel día les juré que los sacaría de la tierra de Egipto a una tierra que yo había escogido[e] para ellos, que mana leche y miel y que es la más hermosa de todas las tierras. ‘Y les dije: “Arroje cada uno las cosas detestables que os atraen[f], y no os contaminéis con los ídolos de Egipto; yo soy el Señor vuestro Dios.” ‘Pero se rebelaron contra mí y no quisieron escucharme; no[g] arrojaron las cosas detestables que les atraían[h], ni abandonaron los ídolos de Egipto.

Entonces decidí[i] derramar mi furor sobre ellos, para desahogar contra ellos mi ira en medio de la tierra de Egipto. ‘Pero actué en consideración a mi nombre, para que no fuera profanado ante los ojos de las naciones en medio de las cuales vivían, y a cuya vista me había dado a conocer sacándolos de la tierra de Egipto. 10 ‘Los saqué, pues, de la tierra de Egipto y los llevé al desierto. 11 ‘Les di mis estatutos y les hice conocer mis decretos, por los cuales el hombre vivirá si los cumple. 12 ‘También les di mis días de reposo por señal entre ellos y yo, para que supieran que yo soy el Señor, el que los santifica. 13 ‘Pero la casa de Israel se rebeló contra mí en el desierto; no anduvieron en mis estatutos y desecharon mis decretos, por los cuales el hombre que los cumple vivirá, y mis días de reposo profanaron en gran manera. Entonces decidí[j] derramar mi furor sobre ellos en el desierto, para exterminarlos. 14 ‘Pero actué en consideración a mi nombre, para que no fuera profanado ante los ojos de las naciones a cuya vista los había sacado. 15 ‘También les juré en el desierto que no los llevaría a la tierra que les había dado, que mana leche y miel y que es la más hermosa de todas las tierras, 16 porque desecharon mis decretos, no anduvieron en mis estatutos y profanaron mis días de reposo, porque su corazón se iba tras sus ídolos. 17 ‘Sin embargo, mi ojo los perdonó para no destruirlos, y no los hice exterminar en el desierto.

18 ‘Y dije a sus hijos en el desierto: “No andéis en los estatutos de vuestros padres, ni guardéis sus decretos, ni os contaminéis con sus ídolos. 19 “Yo soy el Señor vuestro Dios; andad en mis estatutos, guardad mis decretos y ponedlos por obra[k]. 20 “Y santificad mis días de reposo; y que sean una señal entre yo y vosotros, para que sepáis que yo soy el Señor vuestro Dios.” 21 ‘Pero los hijos se rebelaron contra mí, no anduvieron en mis estatutos, ni tuvieron cuidado de cumplir mis decretos, por los cuales el hombre que los cumple vivirá, y profanaron mis días de reposo. Entonces decidí[l] derramar mi furor sobre ellos, para desahogar contra ellos mi ira en el desierto. 22 ‘Pero retiré mi mano y actué en consideración a mi nombre, para que no fuera profanado ante los ojos de las naciones a cuya vista los había sacado. 23 ‘También yo les juré en el desierto que los dispersaría entre las naciones y los esparciría por las tierras, 24 porque no habían cumplido mis decretos, habían desechado mis estatutos y habían profanado mis días de reposo, y tras los ídolos de sus padres se iban sus ojos. 25 ‘También les di estatutos que no eran buenos y decretos por los cuales no podrían vivir; 26 y los declaré inmundos en sus ofrendas, pues hicieron pasar por el fuego a todos sus primogénitos[m], a fin de llenarlos de terror, para que supieran que yo soy el Señor.’”

27 Por tanto, hijo de hombre, habla a la casa de Israel, y diles: “Así dice el Señor Dios: ‘Aun en esto me han blasfemado vuestros padres actuando deslealmente contra mí. 28 ‘Cuando los traje a la tierra que había jurado darles, miraron a toda colina alta y todo árbol frondoso, y allí ofrecieron sus sacrificios y allí presentaron sus ofrendas provocativas; allí presentaron también su aroma agradable y allí derramaron sus libaciones. 29 ‘Entonces les dije: “¿Qué es el lugar alto adonde vais?” Y se le dio el nombre de Bama[n] hasta el día de hoy.’” 30 Por tanto, di a la casa de Israel: “Así dice el Señor Dios: ‘¿Os contaminaréis a la manera de[o] vuestros padres y os prostituiréis tras sus abominaciones? 31 ‘Cuando ofrecéis[p] vuestras ofrendas, cuando hacéis pasar por el fuego a vuestros hijos, os contamináis con todos vuestros ídolos hasta el día de hoy. ¿Y me dejaré consultar yo por vosotros, casa de Israel? Vivo yo’ —declara el Señor Dios— ‘que no me dejaré consultar por vosotros. 32 ‘Y no sucederá lo que estáis pensando[q], cuando decís: “Seremos como las naciones, como las tribus de otras tierras, que sirven a la madera y a la piedra.” 33 ‘Vivo yo’ —declara el Señor Dios— ‘que[r] con mano fuerte, con brazo extendido y con furor derramado yo seré rey sobre vosotros. 34 ‘Y os sacaré de entre los pueblos y os reuniré de las tierras donde estáis dispersos con mano fuerte, con brazo extendido y con furor derramado; 35 y os llevaré al desierto de los pueblos y allí entraré en juicio con vosotros cara a cara. 36 ‘Como entré en juicio con vuestros padres en el desierto de la tierra de Egipto, así entraré en juicio con vosotros’ —declara el Señor Dios. 37 ‘Y os haré pasar bajo la vara y os haré entrar en el vínculo del pacto; 38 y separaré de vosotros a los rebeldes, a los que han transgredido contra mí; y los sacaré de la tierra donde peregrinan, pero no entrarán en la tierra de Israel. Y sabréis que yo soy el Señor. 39 ‘En cuanto a vosotros, casa de Israel’ —así dice el Señor Dios— ‘vaya cada uno a servir a sus ídolos; pero más tarde ciertamente me escucharéis y[s] no profanaréis más mi santo nombre con vuestras ofrendas y con vuestros ídolos. 40 ‘Porque en mi santo monte, en el alto monte de Israel’ —declara el Señor Dios— ‘allí me servirá toda la casa de Israel, toda ella, en esta tierra; allí los aceptaré y allí reclamaré vuestras ofrendas y las primicias de vuestros dones con todas vuestras cosas sagradas. 41 ‘Como[t] aroma agradable os aceptaré, cuando os haya sacado de entre los pueblos y os haya recogido de las tierras donde estáis dispersos; y mostraré mi santidad entre vosotros a la vista de las naciones. 42 ‘Y sabréis que yo soy el Señor, cuando os traiga a la tierra de Israel, a la tierra que juré dar a vuestros padres. 43 ‘Allí os acordaréis de vuestros caminos y de todas vuestras obras con las que os habéis contaminado, y os aborreceréis a vosotros mismos[u] por todas las iniquidades que habéis cometido. 44 ‘Y sabréis que yo soy el Señor, cuando actúe con vosotros en consideración a mi nombre, y no conforme a vuestros malos caminos ni conforme a vuestras perversas obras, casa de Israel’” —declara el Señor Dios. 45 [v]Y vino a mí la palabra del Señor, diciendo: 46 Hijo de hombre, pon tu rostro hacia Teman[w] y habla[x] contra el sur, profetiza contra el bosque[y] del Neguev[z], 47 y di al bosque del Neguev: “Oye la palabra del Señor. Así dice el Señor Dios: ‘He aquí, voy a prenderte un fuego que consumirá en ti todo árbol verde y todo árbol seco; no se apagará la llama abrasadora, y será quemada por ella toda la superficie[aa], desde el sur hasta el norte. 48 ‘Y toda carne verá que yo, el Señor, lo he encendido; no se apagará.’” 49 Entonces dije: ¡Ah, Señor Dios! Ellos dicen de mí: “¿No habla éste más que parábolas?”

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

 

 

 

REFLEXION

Marcado por la lealtad

CVCLAVOZ –

 

 

 

 

 

 



¿Cómo te sentirías si tu carro te dejara tirado cada tercer día?

¿Cómo te sentirías si la alarma de tu casa fallara ocasionalmente?

¿Cómo te sentirías si el aire acondicionado de tu casa dejara de funcionar durante el verano?

La fidelidad es la fundación para las relaciones interpersonales ya que nos brinda estabilidad y seguridad.

Desafortunadamente, la fidelidad, y palabras parecidas como compromiso, lealtad, confianza, fiabilidad ya no son consideradas como algo esencial.

De hecho, si nuestro diccionario fuese actualizado en los próximos años, encontraríamos la siguiente definición para la palabra fidelidad:

“Una característica en un momento valorada por el ser humano la cual ya ha dejado de existir”.

La característica de la lealtad ciertamente es un elemento que hace falta en nuestra sociedad el día de hoy.

Hoy por hoy, los matrimonios se desmoronan por falta de fidelidad.

Los acuerdos entre socios se rompen por falta de lealtad y las amistades terminan en amargura por falta de lealtad.

Como puedes ver, donde no hay lealtad; hay dolor.

Y qué triste porque todos apreciamos la lealtad y la fidelidad por eso nos pesa tanto cuando no la tenemos.

Es por eso que la fidelidad es demostrada realmente durante la dificultad.

La adversidad separa a los habladores de los hacedores.

Los momentos difíciles separan a los que prometen de los que cumplen.

La marca de la lealtad es mantenerse fiel cuando las probabilidades no son muy buenas.

La marca de la lealtad es rehusarse a huir cuando el mundo se viene encima.

Sí, el coste es alto pero las recompensas son incalculables y eternas.

Por eso Dios quiere cultivar la lealtad en nuestras vidas.





Jorge Cota

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

 

 

 

REFLEXION

REFLEXIONES CRISTIANAS: NO COMO NECIOS SINO COMO SABIOS

MIRAD… CÓMO ANDÉIS, NO COMO NECIOS SINO COMO SABIOS, APROVECHANDO BIEN EL TIEMPO… (Efesios 5:15)

 

 



Una señora mayor escribió esta carta a una amiga:

Querida Olga: Estoy leyendo más y limpiando menos, admirando mi jardín más y preocupándome menos de las malas hierbas.

Estoy pasando más tiempo con las personas que amo y menos trabajando.

Como la vida está hecha para disfrutarla y no para aguantarla, no voy a posponer más las cosas que traen felicidad y alegría.

Uso mi mejor juego de café para celebrar eventos especiales como la primera flor de mi jardín o cuando pierdo medio kilo de peso.

¡Me pongo mi chaquetón nuevo para ir al supermercado y no guardo mi mejor perfume; ¡me lo pongo para los dependientes de las tiendas y los empleados del banco! Algún día ya no figura en mi vocabulario.

Si algo merece la pena hacerlo… ¡tengo que hacerlo ahora!.

¿Nunca te preguntas lo que algunos habrían hecho distinto si hubieran sabido que el próximo día no iban a estar ahí?

¿Haber abrazado más a sus seres queridos?

¿Haber contactado a viejos amigos para reparar disputas?

¿Aprovechar las ocasiones de las que siempre hablaron?

Supongo que nunca lo sabremos.

Pero sí sabemos esto: reconocer que nuestro tiempo aquí es limitado nos hace conscientes de que son las pequeñas cosas las que nos provocan arrepentimiento: las cartas no escritas, los te quieros no dichos, los testimonios no compartidos, y las veces que olvidamos darle gracias a Dios por sus bendiciones.

Todas las mañanas deberías recordar que cada minuto y cada respiro son regalos.

La vida no es quizás la fiesta que esperabas, pero es preciosa y deberías sacar lo mejor de ella.

No esperes a que una tragedia reordene tus prioridades. Empieza a vivir hoy …como sabio[s],aprovechando bien el tiempo… (Efesios 5:15b).