http://unencuentroconlapalabra1.jimdo.com/

http://unencuentroconlapalbra.blogspot.com.co/     

https://www.facebook.com/unencuentroconlapalbra

http://www.amigosporisrael.org/

 

Eclesiastés 7:3 La Biblia de las Américas (LBLA)

Contraste entre la sabiduría y la insensatez

 

Mejor es el buen nombre que el buen ungüento,
y el día de la muerte que el día del nacimiento.
Mejor es ir a una casa de luto
que ir a una casa de banquete,
porque aquello[a] es el fin de todo hombre,
y al que vive lo hará reflexionar en[b] su corazón.
Mejor es la tristeza que la risa,
porque cuando el rostro está triste el corazón puede estar contento.
El corazón de los sabios está en la casa del luto,
mientras que el corazón de los necios está en la casa del placer.
Mejor es oír la reprensión del sabio
que oír la canción de los necios.
Porque como crepitar[c] de espinos bajo la olla,
así es la risa del necio.
Y también esto es vanidad.
Ciertamente la opresión enloquece al sabio,
y el soborno corrompe[d] el corazón.
Mejor es el fin de un asunto que su comienzo;
mejor es la paciencia de espíritu que la altivez de espíritu.
No te apresures en tu espíritu a enojarte,
porque el enojo se anida en el seno de los necios.
10 No digas: ¿Por qué fueron los días pasados mejores que éstos?
Pues no es sabio[e] que preguntes sobre esto.
11 Buena es la sabiduría con herencia,
y provechosa para los que ven el sol.
12 Porque la sabiduría protege[f] como el dinero protege[g];
pero la ventaja del conocimiento es que la sabiduría preserva la vida de sus poseedores.
13 Considera la obra de Dios:
porque ¿quién puede enderezar lo que El ha torcido?
14 Alégrate en el día de la prosperidad,
y en el día de la adversidad considera:
Dios ha hecho tanto el uno como el otro
para que el hombre no descubra nada que suceda después de él.

15 He visto todo durante mi vida[h] de vanidad:

hay justo que perece en su justicia,
y hay impío que alarga su vida en su perversidad.
16 No seas demasiado justo,
ni seas sabio en exceso.
¿Por qué has de destruirte?
17 No seas demasiado impío,
ni seas necio.
¿Por qué has de morir antes de tu tiempo?
18 Bueno es que retengas esto
sin soltar[i] aquello de tu mano;
porque el que teme a Dios se sale con todo ello.

19 La sabiduría hace más fuerte al sabio
que diez gobernantes que haya en una ciudad.
20 Ciertamente no hay hombre justo en la tierra
que haga el bien y nunca peque.
21 Tampoco tomes en serio[j] todas las palabras que se hablan,
no sea que oigas a tu siervo maldecirte.
22 Porque tú también te das cuenta[k]
que muchas veces has maldecido a otros de la misma manera.

23 Todo esto probé con sabiduría, y dije:

Seré sabio; pero eso estaba lejos de mí.
24 Está lejos lo que ha sido,
y en extremo profundo.
¿Quién lo descubrirá?
25 Dirigí[l] mi corazón a conocer,
a investigar y a buscar la sabiduría y la razón,
y a reconocer la maldad de la insensatez
y la necedad de la locura.
26 Y hallé más amarga que la muerte
a la mujer cuyo corazón es lazos y redes,
cuyas manos son cadenas.
El que agrada a Dios escapará de ella,
pero el pecador será por ella apresado.

27 Mira —dice el Predicador— he descubierto esto,

agregando una cosa a otra para hallar la razón,
28 que mi alma está todavía buscando mas no ha hallado:
He hallado a un hombre entre mil,
pero mujer entre todas éstas no he hallado.
29 Mira, sólo esto he hallado:
que Dios hizo rectos a los hombres,
pero ellos se buscaron muchas artimañas.

 

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

REFLEXION

¿Cómo Saber Discernir Las Relaciones En Tu Vida Cristiana?
Publicado por: Pastor Carlos Vargas Valdez en Preguntas y Respuestas Cristianas, Respuestas Cristianas 0

 


LOS QUE DE ELLOS DEJÉIS SERÁN COMO ESPINAS EN VUESTROS COSTADOS (Números 33:55)

¿Cómo Saber Discernir Las Relaciones En Tu Vida Cristiana?
Los terremotos se producen cuando dos placas teutónicas en una falla chocan la una contra la otra, resultando en sacudidas en direcciones opuestas. Y lo mismo ocurre cuando te vinculas con las personas que no te convienen. Por eso Dios les dio órdenes a los israelitas respecto a las naciones hostiles de la Tierra Prometida:
Los que de ellos dejéis serán como espinas en vuestros costados (Números 33:55).

Cuando una relación no funciona, cuando tus esfuerzos por restaurarla fallan, acéptalo. A veces tienes que tragarte tu orgullo y reconocer que en lugar de tú levantar a alguien, lo que estás consiguiendo es que esta persona te hunda a ti.

Soltar a alguien no quiere decir que nunca vaya a mejorar, significa únicamente que Dios es el más indicado de ocuparse de esa tarea.
Cuidado con esos que siempre tratan de hacerte sentir culpable por “no estar ahí”. ¡Sólo Dios puede estar siempre ahí!

Hay una gran diferencia entre ayudar a alguien y llevarlo cargado encima. Tu ayuda puede llegar a ser, de hecho, un obstáculo; ¿para qué se van a esforzar si siempre estás ahí tú para hacer las cosas por ellos?

Tu necesidad de sentirte útil podría ser una traba a su necesidad de crecer.

Retírate y deja que caminen solos. No todos verán bien lo que haces, pero eso es de esperar.

Jesús dijo: ¡Ay de vosotros, cuando todos los hombres hablen bien de vosotros! (Lucas 6:26).

No dejes que el temor a la crítica opaque tu sentido común. A nadie le gusta la confrontación, pero a veces es cuestión de supervivencia.

Toda relación tiene una razón de existir y es para una época determinada. Discierne cuáles son las relaciones que pertenecen al pasado y cuáles son parte de tu vida en la actualidad.

 

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

REFLEXION

Todo tiene su precio.

 

"Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré. Y Abraham se levantó muy de mañana, y enalbardó su asno, y tomó consigo dos siervos suyos, y a Isaac su hijo; y cortó leña para el holocausto, y se levantó, y fue al lugar que Dios le dijo." Génesis 22:1-3

Cuando leemos este pasaje, seguramente nos suena muy fuerte, ¿cómo después de todo lo que esperó Abraham, Dios le pide su único hijo, el de la promesa y además teniendo en cuenta que Dios le había dicho que sería padre de multitudes? Pareciera no tener sentido, pero la fe de Abraham era tan grande, que creía que aún si sacrificaba a Isaac, Dios era poderoso para resucitarlo.

Dios tenía preparadas naciones para que salieran de la descendencia de Abraham, pero previamente hacía falta una prueba más, la de su fe, obediencia e integridad. ¿Sería capaz de entregar a su único hijo y ofrecerlo a Dios?

Muchas veces, estudiando la vida de determinadas personalidades, ya sean deportistas, o bien alguien dedicado al arte y que seguramente admiramos por su destreza, podemos ver el precio que han tenido que pagar, para alcanzar el lugar que hoy desempeñan. Conozco el caso de un futbolista, que tuvo varias lesiones de larga recuperación, una vez festejando un gol, se le cayó una pared encima por lo cual se fracturó su pierna, luego tuvo pérdidas de familiares muy queridos. Varias veces, el periodismo dio por terminada su carrera, pensando que la historia de su vida había concluido, pero siempre volvía a la actividad y seguía alcanzando logros cada vez mayores. ¿Cuantas veces habrá pensado en dejar todo? ¿Cuantos lo dieron por perdido? ¿Cuantos momentos de soledad y tristeza? sin embargo, cada vez que superaba una dificultad, eso significaba alcanzar un nuevo nivel y agregar una meta cumplida a su historia.

En el ámbito espiritual, también vemos siervos con ministerios exitosos, pero cuando nos adentramos en las profundidades de su historia personal, vemos cuantos momentos difíciles, de crítica, incomprensión, frustración, seguramente pensando en su interior en dejar todo, sin embargo, al lograr superar estos tiempos, pudieron alcanzar las promesas de Dios para su vida.

En el ámbito académico, vemos como algunos jóvenes, tienen que pasar “privaciones” en cuanto a salir o acostarse tarde, porque necesitan prepararse para sus exámenes. Luego se lo puede ver ejerciendo su profesión y hasta alguien irreverentemente puede decir “que suerte que tiene” pero obviamente no es cuestión de suerte, sino de precios que estuvo dispuesto a pagar. Precios de constancia, privaciones, determinación para lograr su meta.

Si hay cosas que te cuestan, o estás a punto de bajar los brazos, o quizás hasta te comparas con otros que a tus ojos son más exitosos que tú, recuerda que hay precios que pagar, al igual que Abraham, después de la prueba, viene un nuevo nivel de bendición que Dios te quiere dar. No temas en pagar el precio, porque grande es la recompensa.

 

 

Daniel Zangaro
CVCLAVOZ