Profecía sobre Edom

 

 

 

Acerca de Edom.

Así dice el Señor de los ejércitos:

¿No hay ya sabiduría en Temán?
¿Se ha perdido el consejo de los prudentes?
¿Se ha corrompido su sabiduría?
Huid, volved, morad en las profundidades,
habitantes de Dedán,
porque la ruina de Esaú traeré
[f] sobre él
al momento de castigarlo
[g].
Si vinieran a ti vendimiadores,
¿no dejarían rebuscos?
Si vinieran ladrones de noche,
sólo destruirían hasta que les bastara
[h].
10 Pero yo he despojado totalmente a Esaú,
he descubierto sus escondrijos
y no podrá esconderse.
Ha sido destruida su descendencia
[i], sus hermanos
y vecinos, y él ya no existe.
11 Deja a tus huérfanos, yo los conservaré con vida;
que tus viudas confíen en mí.

12 Pues así dice el Señor: He aquí, los que no estaban condenados a[j] beber la copa, ciertamente la beberán, ¿y serás tú absuelto por completo? No serás absuelto, sino que ciertamente la beberás. 13 Porque por mí he jurado —declara el Señor— que Bosra serámotivo de horror, de oprobio, de ruina y de maldición; todas sus ciudades se convertirán en ruinas perpetuas.

14 He oído un mensaje de parte del Señor,
y un mensajero es enviado entre las naciones, diciendo:
Reuníos y venid contra él,
y levantaos para la guerra.
15 Pues he aquí, pequeño te he hecho entre las naciones,
menospreciado entre los hombres.
16 En cuanto al terror que infundías[k],
te ha engañado la soberbia de tu corazón;
tú que vives en las hendiduras de las peñas
[l],
que ocupas la cumbre del monte.
Aunque hagas tu nido tan alto como el del águila,
de allí te haré bajar —declara el Señor.

17 Y Edom se convertirá en objeto de horror; todo el que pase por él se quedará atónito y silbará a causa de todas sus heridas. 18 Como en la destrucción de Sodoma y Gomorra y de sus ciudades vecinas —dice el Señor— nadie habitará allí, ni residirá en él hijo de hombre.19 He aquí que uno subirá como león de la espesura[m] del Jordán contra el pastizal de perenne verdor[n], y[o] en un instante lo haré huir de él, y al que sea escogido nombraré sobre él. Porque ¿quién es como yo y quién me citará a juicio? ¿Quién es el pastor que me podrá resistir?

20 Por tanto, oíd el plan que el Señor ha trazado contra Edom, y los designios que ha decretado contra los habitantes de Temán: ciertamente los arrastrarán, aun a los más pequeños del rebaño; ciertamente a causa de ellos hará una desolación de su pastizal[p].21 Al estruendo de su caída tiembla la tierra; hay un clamor. Hasta el mar Rojo[q] se oye su voz. 22 He aquí, se remonta, vuela veloz como un águila y extiende sus alas contra[r] Bosra. En aquel día el corazón de los valientes de Edom será como el corazón de una mujer de parto.

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

 

 

 

 

Promesas de Dios – Esfuércese y Continúe!

 

 



Que a uno lo derriben, no es lo mismo que lo dejen fuera de combate. ¡Esfuércese y continué! ¡Póngale ganas y siga intentándolo!

Gálatas 6:9
No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos.

2 Samuel 10:12
Esfuérzate, y mostrémonos valientes por amor a nuestro pueblo y por amor a las ciudades de nuestro Dios; y que el SEÑOR haga lo que le parezca bien.

1 Corintios 16:13
Estad alerta, permaneced firmes en la fe, portaos varonilmente, sed fuertes.

Deuteronomio 31:6
Sed firmes y valientes, no temáis ni os aterroricéis ante ellos, porque el SEÑOR tu Dios es el que va contigo; no te dejará ni te desamparará.

Josué 1:6
Sé fuerte y valiente, porque tú darás a este pueblo posesión de la tierra que juré a sus padres que les daría.

Josué 1:5
Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida. Así como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré ni te abandonaré.

Deuteronomio 4:31
Pues el SEÑOR tu Dios es Dios compasivo; no te abandonará, ni te destruirá, ni olvidará el pacto que El juró a tus padres.

1 Crónicas 22:13
Entonces prosperarás, si te cuidas de observar los estatutos y ordenanzas que el SEÑOR ordenó a Moisés para Israel. Esfuérzate y sé valiente, no temas ni te acobardes.

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

 

 

 

 

REFLEXION (RECOMENDADO)

 



ES TU RESPONSABILIDAD

 



tu responsabilidad

Dios nos ha dotado con armas poderosas para enfrentar los embates del enemigo, del mundo y especialmente los de la carne.

Dios nos capacita cada vez que buscamos su presencia, cada vez que nos saciamos con su alimento y con su agua de vida. 

Así que, no importa cuántas veces tratemos de argumentar nuestras faltas delante de Dios, simplemente somos responsables de PECAR.

Es mejor reconocer nuestra falta, nuestra debilidad delante de Dios y humillarnos con un corazón sincero para que Él derrame su misericordia y su perdón sobre nosotros. 

Sin embargo, somos facilistas y cuando pecamos preferimos echarle la culpa a Satanás o al mundo y sus placeres, dejando a un lado el peor enemigo que tenemos “nosotros mismos”; sí, así es, nuestra CARNE es nuestro peor enemigo.

El Señor nos ha dado dominio sobre el pecado, somos nosotros los que DECIDIMOS abrirle las puertas para que entre y tome autoridad sobre nuestras vidas. 

Cada puerta abierta a la iniquidad, al pecado o a la maldad, es una autorización a Satanás para que haga con nosotros lo que quiera. 

Obviamente no podemos esperar nada bueno, si el que rige nuestras vidas es el príncipe de este mundo, de él nada bueno podemos esperar, él se delita en robarnos, matarnos y destruirnos. (Juan 10.10).

Cada vez que la tentación de pecar toque tu puerta, pregúntate sí estás tomando la decisión correcta; tú tienes capacidad y autoridad para elegir qué hacer, si pecar o no pecar. 

Dios nos dotó de libre ALBELDRIO, podemos elegir; eso sí, si tomas la decisión incorrecta prepárate para asumir las consecuencias de tu mala decisión, independientemente de si eres o no consciente de tu pecado.

Si eres humilde y sensible a la voz del Espíritu Santo de Dios y has pecado, no te condenes, pero tampoco te relajes; ya sabes qué tienes qué hacer: arrepiéntete y apártate del mal, de lo contrario no esperes que las cosas empiecen a cambiar en tu vida.

Recuerda, “es mi responsabilidad, tu responsabilidad, nuestra responsabilidad”, no de Dios, no de Satanás, no del mundo;

Es tu carne la que tiene que morir a ese pecado que estás cometiendo, es tu carne la que se deleita en pecar, es tu carne la que abre las puertas para que en tu vida pueda dominar Satanás.

Mientras más puertas abras al pecado, más autoridad le das a él sobre tu vida, tú eliges 

¿quién quieres que rija tu vida?

No pretendamos engañar a Dios, Él sabe lo que ocultamos, Él nos conoce; hasta que no confesemos nuestros pecados delante de Él, no podemos pretender ser bendecidos; cuando estamos en pecado, estamos en maldición. 

No podemos seguir con la mentalidad “mediocre” de creer que Dios está con nosotros, cuando estamos en pecado. 

No seamos tercos y necios, el pecado nos aparta de la presencia de Dios, no podemos fluir en el Espíritu si su templo está contaminado por el pecado, Él no puede habitar en una casa sucia; Él es limpio, puro, sin mancha alguna. 

Asegúrate de mantener tu casa limpia, tu templo justo para que el Espíritu Santo de Dios pueda permanecer en él, en todo momento.

Serás aceptado si haces lo correcto, pero si te niegas a hacer lo correcto, entonces, ¡ten cuidado! el pecado está a la puerta, al acecho y ansioso por controlarte; pero tú debes dominarlo y ser su amo. Génesis 4:7 (Nueva Traducción Viviente).

¡Ya no más excusas, si pecas es porque quieres pecar, porque puedes elegir no hacerlo, es tu responsabilidad… si pecas, no te quejes de las consecuencias, arrepiéntete y apártate del mal!

Autora: Marisela Ocampo Otálvaro