1 Timoteo 2:9 La Biblia de las Américas (LBLA)

 

 

 

 

Instrucciones para la mujer cristiana

 

 

Asimismo, que las mujeres se vistan con ropa decorosa, con pudor y modestia, no con peinado ostentoso[g], no con oro, o perlas, o vestidos costosos; 10 sino con buenas obras, como corresponde a las mujeres que profesan la piedad. 11 Que la mujer aprenda calladamente, con toda obediencia.12 Yo no permito que la mujer enseñe ni que ejerza autoridad sobre el hombre, sino que permanezca callada. 13 Porque Adán fue creado[h] primero, después Eva. 14 Y Adán no fue el engañado, sino que la mujer, siendo engañada completamente, cayó en transgresión. 15 Pero se salvará engendrando hijos, si permanece en fe, amor y santidad, con modestia.

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

 

 

 

Jovenes Cristianos – CUMPLE TUS PROMESAS

Pasaje clave: Deuteronomio 23:21 al 23.

 

 

Si prometes no te borres.

¿Cómo debía actuar aquel que le prometía cosas a Dios? (23:21 al 23).

A veces en un arranque de consagración, en esas reuniones en las que por contagio todo el mundo llora, le hacemos promesas a Dios:

“Te prometo Señor que nunca más voy a pecar…”. “Te prometo que voy a tener comunión contigo todos los días…”. “Te prometo que voy a predicarles a todos mis compañeros…”. “Te prometo, Papá, que cuando venda la moto voy a ofrendarte el 50% de su valor”. “Si a la rubia de ojos verdes la enamoras de mí, te prometo que te serviré siempre”.

Pero cuando termina la reunión y pasa la emoción, ni te vuelves a acordar de lo que le prometiste a Dios. Pero Dios si se acuerda y te lo cuenta como pecado. ¿Por qué?

Porque prometer algo y no cumplirlo es actuar como un mentiroso, además de romper el compromiso que asumiste con Dios en esa promesa. Él valora tu promesa como algo muy, muy serio.

Es bueno prometerle cosas a Dios, hacer pactos con Él, siempre y cuando estemos completamente seguros que lo vamos a cumplir. De otro modo, lo mejor es callarse y no decir nada. Piénsalo.

 

 

 

Extracto del libro: “Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Números/Deuteronomio”

Por Edgardo Tosoni

 

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

 

 

 

El Precio

 

 

 

Cuentan que el gran reformador Martín Lutero viajaba a pie muy a menudo. En cierta ocasión pidió alojamiento en una rústica casa de campesinos. Sin saber quién era, lo recibieron bien y lo trataron tan bien como pudieron.

Al saber quién era rehusaron toda paga, pero le pidieron encarecidamente que se acordara de ellos en sus oraciones y que escribiera con tinta en su pared alguna inscripción de recuerdo.

Prometió hacerlo y escribió: “DominiSumus”. El campesino le preguntó qué significaban aquellas palabras, y Lutero explicó que tenía doble sentido:
- Significan “Somos del Señor”, pero pueden también significar “Somos señores”. Lo uno entra en lo otro: siendo propiedad del Señor Jesucristo, a gran precio adquirida, no debemos ser esclavos de satanás ni de hombre sino señores verdaderamente libres que no sirven al pecado sino al Señor Jesús. El precio de nuestra libertad fue muy alto, Jesús nos compró con su sangre y al hacerlo nos dio la libertad para servirle y ya no ser esclavos de las cosas terrenales. Como hombres y mujeres verdaderamente libres, se nos otorgó la oportunidad y responsabilidad de elegir a quién serviremos.

“Dios pagó un alto precio por ustedes, así que no se dejen esclavizar por el mundo”. 1 Corintios 7:23 (NTV)

Que tus acciones, pensamientos, tus palabras y toda tu vida reflejen un continuo agradecimiento a aquel que no escatimó el precio por tu libertad. 

 


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Ana María Frege Issa
CVCLAVOZ