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Isaías 57:3 La Biblia de las Américas (LBLA)

 

 

 

 

La idolatría de Israel condenada

 

 

57 El justo perece, y no hay quien se preocupe[a];
los hombres piadosos son arrebatados, sin que nadie comprenda
que ante el mal es arrebatado el justo,
y entra en la paz.
Descansan en sus lechos[b],
los que andan[c] en su camino recto[d].
Mas vosotros venid acá, hijos de hechicera,
descendientes[e] de adúltero y ramera[f].
¿De quién os burláis?
¿Contra quién abrís la boca
y sacáis la lengua?
¿No sois vosotros hijos de rebeldía,
descendientes[g] de la mentira;
que ardéis con pasión entre los robles[h],
bajo todo árbol frondoso;
que sacrificáis los hijos en las quebradas[i],
debajo de las hendiduras de las peñas?
Entre las piedras lisas[j] de la quebrada[k]
está tu parte; ellas, ellas son tu suerte;
también para ellas has derramado libación,
has ofrecido ofrenda de cereal.
¿He de aplacarme[l] con estas cosas?
Sobre un monte alto y encumbrado
has puesto tu cama;
allí también subiste a ofrecer sacrificio.
Y detrás de la puerta y del umbral[m]
has puesto tu señal.
En verdad, bien lejos de mí te has descubierto,
y has subido y ensanchado tu cama;
de ellos has logrado pacto a tu favor,
has amado su cama[n],
has contemplado su virilidad[o].
Has ido al[p] rey con ungüento,
y has multiplicado tus perfumes;
has enviado tus emisarios a gran distancia,
y los has hecho descender al Seol[q].
10 Te cansaste por lo largo de tu camino,
pero no dijiste: “No hay esperanza.”
Hallaste nuevas fuerzas[r],
por eso no desfalleciste[s].

11 ¿Y de quién te asustaste y tuviste miedo,
cuando mentiste y no te acordaste de mí,
ni pensaste en ello[t]?
¿No es acaso porque he guardado silencio por mucho tiempo
que no me temes?
12 Yo declararé tu justicia y tus hechos,
pero de nada te aprovecharán.
13 Cuando clames, que tus ídolos te libren[u];
pero a todos se los llevará el viento,
un soplo los arrebatará.
Pero el que en mí se refugie, heredará la tierra,
y poseerá mi santo monte.

14 Y se dirá:
Construid, construid, preparad el camino,
quitad los obstáculos del camino de mi pueblo.
15 Porque así dice el Alto y Sublime
que vive para siempre[v], cuyo nombre es Santo:
Habito en lo alto y santo,
y también con el contrito y humilde de espíritu,
para vivificar el espíritu de los humildes
y para vivificar el corazón de los contritos.
16 Porque no contenderé para siempre,
ni estaré siempre enojado,
pues el espíritu desfallecería ante mí,
y el aliento de los que yo he creado.
17 A causa de la iniquidad de su codicia, me enojé y lo herí;
escondí mi rostro y me indigné,
y él siguió desviándose por el camino de su corazón.
18 He visto sus caminos, pero lo sanaré;
lo guiaré y le daré consuelo a él y a los que con él lloran,
19 poniendo alabanza en[w] los labios.
Paz, paz al que está lejos y al que está cerca
—dice el Señor— y yo lo sanaré.
20 Pero los impíos son como el mar agitado,
que no puede estar quieto,
y sus aguas arrojan cieno y lodo.
21 No hay paz —dice mi Dios— para los impíos.

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

 

 

Jovenes Cristianos – CASA DE DIOS, PUERTA DEL CIELO

Pasaje clave: Génesis 28:10-22.

 

 

¿Te acuerdas? Jacob había negociado con su hermano Esaú. Le había cambiado la bendición de la primogenitura por un guiso de lentejas. El menor se quedó con la bendición del mayor. Esto desató todo el odio y el enojo de Esaú que estaba loco por vengarse de su hermano. Jacob muerto de miedo huye y por primera vez en su vida tiene un encuentro personal con Dios.

A pesar de lo fuerte de este primer encuentro de Jacob con Dios, él quiso negociar como lo había hecho con su hermano. “Si me cuidas, si me bendices, si estás conmigo, si tengo comida todos los días, si apruebo todos mis exámenes, si me aumentan el sueldo, si mis padres no me gritan más, si nunca voy a tener problemas, bla, bla, bla… entonces te voy a adoptar como mi único Dios; y te voy a pasar algún dinero”.

¡Jacob era un egoísta y un aprovechador a quien solo le importaban sus propios intereses personales!

Sin embargo reconoció que Dios estaba allí. Y si Dios está, ese lugar es “casa de Dios y puerta del cielo”.

Pero sabes, hay lugares en los que Dios está y hay otros en los cuales jamás estará.

Vamos por parte:

1º. Él está en tu vida.

Tu vida es casa de Dios. ¿Te das cuenta de esto?

Llevas a Dios contigo siempre, a todo lugar y en todo momento. Haz de la casa de tu vida (pensamientos, deseos, intenciones) un lugar agradable y santo para Él.

Si Él está en tu vida entonces hónralo en todo y delante de todos. Muchas veces para no sentirte el tonto del curso y evitarte un montón de burlas, te asocias con las malas intenciones o los pecados de tus compañeros olvidándote completamente de que NO ESTAS SOLO. Eres templo del Altísimo. El Todopoderoso habita en ti. ¿Te das cuenta?

Si no puedes darte cuenta entonces ora al Señor y dile: “Papá, abre mis ojos para poder darme cuenta que tú, el más grande de todos, estas en mí. Dame luz para verme a mí mismo como tu lugar de morada. Soy tu templo, donde tú elegiste habitar”.

2º. Él está en medio de su pueblo (la iglesia).

¡Y esto no es únicamente en la reunión! Puede ser en tu curso, en el trabajo, en las casas donde se reúnen, en las salidas que hacen juntos. ¡Dios está! Hónralo con tus palabras, con tus actitudes y miradas. Él está y no es ciego, sordo, ni distraído. Y si Él está siempre habrá una puerta del cielo. Y su puerta ¡siempre está abierta! Dios dejó abierta la puerta de su presencia. ¿Hace falta que te diga para qué?

Sin embargo hay lugares en los que nunca vas a encontrar al Espíritu de Dios. Seguramente estarás pensando en los boliches o en las esquinas donde hay alcohol y drogas. Es verdad, Dios no está ahí. Pero yo estoy pensando en los cristianos divididos, peleados, en aquellos que no pueden perdonarse. Los chismosos, los malintencionados, los celosos. Dios tampoco está ahí.

¿Cómo está tu corazón con respecto a otros cristianos?

¿Qué sientes hacia ellos? ¿Cuáles son tus actitudes?

Tú eres casa de Dios ¡y ellos también! Piénsalo.

 

 

 

Extracto del libro: “Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Génesis”

Por Edgardo Tosoni

 

 

 

 


Un Encuentro Con la Palabra

REFLEXION

 

 

Buena cosecha después de todo

 

 

Muchas veces creemos que las maldiciones generacionales pueden ser más fuertes de lo que nosotros podemos hacer.

Dios es quien cambia vidas y quien obra en nosotros y en nuestras generaciones; Él puede romper toda atadura, pero el trabajo no sólo es suyo si no también nuestro.

Esto quiere decir que el hecho de que tal vez tengas un hijo alcohólico o que esté en adulterio, fornicación, vicios, etc. no sólo es porque tenga ataduras o si sus antepasados fueron así no quiere decir que él lo lleve en los genes, eso es algo que muchas personas sostienen y utilizan para excusarse; cuando en realidad es porque no han visto un ejemplo bueno para seguir.

Tu ejemplo y el inculcarle buenos valores a tus hijos es una de las grandes formas para que los que vienen después de ti no sigan los malos pasos.
Dios dice en su Palabra que todo lo que sembremos, así también cosecharemos, esto no solamente se trata de sembrar para uno mismo sino en los demás y para los demás. Lo mejor que puedes sembrar en tus hijos son la fe, el amor a Dios, valores y principios que a largo plazo harán de ellos personas que hagan historia en donde estén.

Lo que hiciste en tu niñez lo estás cosechando hoy y así también será con los que vienen después de ti.

Ahora bien si la siembra que hiciste en el pasado no fue buena, pero te arrepientes de corazón y le pides a Dios que cambie tu futuro, Él lo hará, cambiará tu historia y el rumbo que deberían haber tomado tu vida y el de tu generación. "Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados." Isaías 43:25 (RVR-1960)

Dios y tu ejemplo pueden romper toda maldición y cambiar la historia de tu generación.

“No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.” Gálatas 6:9 (RVR-1960)

 

 

Telma Céspedes 
CVCLAVOZ