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      Colosenses 2:18   La Biblia de las Américas

 

Advertencias contra mandamientos de hombres

16 Por tanto, que nadie se constituya en vuestro juez[s] con respecto a comida o bebida, o en cuanto a día de fiesta, o luna nueva, o día de reposo; 17 cosas que solo son sombra de lo que ha de venir, pero el cuerpo[t] pertenece a Cristo[u]. 18 Nadie os defraude de vuestro premio[v] deleitándose en la humillación de sí mismo[w] y en la adoración de los ángeles, basándose en las visiones que ha visto, hinchado sin causa por su mente carnal, 19 pero no asiéndose a la Cabeza, de la cual todo el cuerpo, nutrido y unido por las coyunturas y ligamentos[x], crece con un crecimiento que es de Dios.

20 Si habéis muerto con Cristo a los principios[y] elementales del mundo, ¿por qué, como si aún vivierais en el mundo, os sometéis a preceptos tales como: 21 no manipules[z], no gustes, no toques 22 (todos los cuales se refieren a cosas destinadas a perecer con el uso[aa]), según los preceptos y enseñanzas de los hombres? 23 Tales cosas tienen a la verdad, la apariencia de sabiduría en una religión humana[ab], en la humillación de sí mismo[ac] y en el trato severo del cuerpo, pero carecen de valor alguno contra los apetitos de la carne.

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

 

 

 

REFLEXION

¿Por qué te ocultas?

Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ

 

 

 

“¡Me siento mal por haberle fallado a Dios!” En muchos cristianos se escuchan estas palabras, con rostro de frustración y tristeza, ya sin ánimo ni deseos de pelear por el Señor.

Nadie está exento de fallarle a Dios, y Él en su soberanía lo sabe. Pero, la pregunta aquí es, ¿qué hacemos después de fallar? En muchos cristianos se pueden observar dos tipos de respuesta: en la primera, se lamenta por su pecado, pide perdón a Dios y por fe sigue avanzando, permitiendo que el Señor lo siga transformado; y la segunda reacción, tiene que ver con un estancamiento espiritual, en el cual vamos a invertir un poco de tiempo para meditar en una enseñanza.

La Biblia dice en Génesis 3:7-9 (RVR 1960) “Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales. Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú?”

En ese relato, se puede observar notoriamente el segundo caso. ¿No nos ha pasado que después de fallar a Dios, dejamos que la culpa nos domine y nos escondemos de Su presencia? ¡Cuántas veces hemos actuado como Adán y Eva en el jardín! Cuando sentimos que Dios nos habla preferíamos ocultarnos de Su presencia por la vergüenza. La pregunta del Señor es: ¿Dónde estás tú?

Así mismo, cuando pecamos y, sentimos que la culpa y la vergüenza nos inundan el corazón, Él nos busca y nos llama por nuestro nombre: “Juan, María, Carla, ¿dónde estás?”, con un amor que nunca podremos imaginar. Cuántas veces en un acto de emoción le dijimos a Dios que nunca más tropezaríamos con ese pecado, pero muchas veces sucede lo contrario, y hacemos exactamente aquello que dijimos que no haríamos. ¿Qué hacemos entonces? ¿Corremos hacia Él o nos escondemos de su presencia?

Tal vez en este momento estás luchando con la culpa y la condena o quizás te sientes mal por algo que hiciste hace años, o incluso algo que haya pasado ayer o hace una hora. No importa hace cuánto tiempo sucedió, el pasado no se puede cambiar; lo importante es que estés arrepentido y le pidas perdón, porque solamente el Señor puede encargarse de lo demás.

La Biblia dice: “Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.” (Lamentaciones 3:22-23) El Señor es misericordioso dice su palabra. Cada día, cada minuto, cada segundo es una oportunidad para que te acerques a Dios y recibas su perdón.

Te invito a que en este momento decidas acercarte al Señor en oración, creer en su amor y misericordia para recibir el perdón que necesitas.

No olvides que Dios conoce tus debilidades y quiere transformarte, no seas tú quien impida su bendición en tu vida.

Shirley Chambi

CVCLAVOZ

 

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

 

REFLEXION

Pasión por las almas

Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ

 

 

 

Jesús recorrió todas las ciudades y aldeas de esa región, enseñando en las sinagogas y anunciando la Buena Noticia acerca del reino; y sanaba toda clase de enfermedades y dolencias. Cuando vio a las multitudes, les tuvo compasión, porque estaban confundidas y desamparadas, como ovejas sin pastor. A sus discípulos les dijo: «La cosecha es grande, pero los obreros son pocos. Así que oren al Señor que está a cargo de la cosecha; pídanle que envíe más obreros a sus campos».

Mateo 9:35-38 (NTV).

Al leer y meditar en este pasaje, surgió la siguiente pregunta: ¿La iglesia actual tiene compasión por las almas al igual que Jesús? Hoy en día podemos ver a jóvenes que están confundidos, no tienen rumbo ni propósito en la vida. Observamos familias desestructuradas donde la inmoralidad y el egoísmo prevalecen ante el compromiso y el amor. Niños abandonados, que crecen sin afecto, rodeados de un entorno inseguro y de violencia. Como parte de la iglesia de Cristo, ¿Somos indiferentes ante esta realidad?

El apóstol Pablo antes de morir instruye al joven Timoteo para que no caiga en el conformismo ni en la comodidad, por ello le dice: “En presencia de Dios y de Cristo Jesús —quien un día juzgará a los vivos y a los muertos cuando venga para establecer su reino— te pido encarecidamente: predica la palabra de Dios. Mantente preparado, sea o no el tiempo oportuno. Corrige, reprende y anima a tu gente con paciencia y buena enseñanza”. 2 Timoteo 4:1-2 (NTV).

Muchos pueden caer en la tentación de acomodarse en la vida cristiana y sólo ser simples espectadores; pero tengamos presente que daremos cuentas a Dios de las oportunidades que tuvimos para presentar el evangelio, por esta razón cumplamos lo que nos ha encomendado.

Si has perdido el interés por las personas que se dirigen a una eternidad sin Cristo, te animo a que vuelvas al Señor para que nuevamente arda en ti la pasión por estas almas. En el corazón de Dios está que todos sean salvos, el Señor desea usar tu vida para que muchos conozcan de la esperanza que hallamos en Él.

El Señor puede darte una nueva visión para alcanzar a multitudes, Él quiere tomar tu vida para hacer grandes cosas.

No calles ante la necesidad, hay vidas que están pidiendo a gritos ayuda. Abramos nuestros oídos y nuestra boca para dar a conocer las buenas nuevas.

Neyda Cruz

 

CVCLAVOZ