http://unencuentroconlapalabra1.jimdo.com/

facebook un encuentro con la palabra

http://www.amigosporisrael.org/

 

 

2 Reyes 25:16-20 La Biblia de las Américas (LBLA)

Cautiverio de Judá

 

 

En el mes quinto, a los siete días del mes, en el año diecinueve de[f]Nabucodonosor, rey de Babilonia, vino a Jerusalén Nabuzaradán, capitán de la guardia, siervo del rey de Babilonia. Y quemó la casa del Señor, la casa del rey y todas las casas de Jerusalén; prendió fuego a toda casa grande. 10 Todo el ejército de los caldeos que estaba con el capitán de la guardia derribó las murallas alrededor de Jerusalén; 11 y al resto del pueblo que había quedado en la ciudad, a los desertores que se habían pasado al rey de Babilonia y al resto de la multitud, los llevó en cautiverio Nabuzaradán, capitán de la guardia. 12 Pero el capitán de la guardia dejó a algunos de los más pobres del país para que fueranviñadores y labradores.

13 Los caldeos hicieron pedazos las columnas de bronce que estaban en la casa del Señor, y las basas y el mar de bronce que estaban en la casa del Señor, y llevaron el bronce[g] a Babilonia. 14 También se llevaron las ollas, las palas, las despabiladeras, las cucharas, y todos los utensilios de bronce que se usaban en el servicio del templo. 15 El capitán de la guardia se llevó además los incensarios y los tazones, lo que era de oro puro y lo que era de plata pura. 16 En cuanto a las dos columnas, el[h]mar y las basas que Salomón había hecho para la casa del Señor; no era posible calcular el peso del bronce de todos estos objetos. 17 La altura de una columna era de dieciocho codos[i], y tenía sobre ella un capitel de bronce; la altura del capitel era de tres codos[j], con una obra de malla y granadas alrededor del capitel, todo de bronce. Y la segunda columna era igual[k] con obra de malla.

18 Entonces el capitán de la guardia tomó al sumo sacerdote Seraías y al segundo sacerdote Sofonías y a los tres oficiales del templo[l]. 19 Y de la ciudad tomó a un oficial que estaba encargado de los hombres de guerra, y a cinco hombres de los consejeros[m] del rey que se hallaban en la ciudad, y al escriba del capitán[n] del ejército, que alistaba a la gente del país, y a sesenta hombres del pueblo de la tierra que se hallaban en la ciudad. 20 Nabuzaradán, capitán de la guardia, los tomó y los llevó al rey de Babilonia en Ribla. 21 Entonces los hirió el rey de Babilonia y les dio muerte en Ribla, en la tierra de Hamat. Así Judá fue llevado al cautiverio, lejos de[o] su tierra.

22 Y en cuanto al pueblo que quedó en la tierra de Judá, al que Nabucodonosor, rey de Babilonia, había dejado, puso sobre ellos a Gedalías, hijo de Ahicam, hijo de Safán. 23 Cuando todos los capitanes de tropas, ellos y sus hombres, oyeron que el rey de Babilonia había nombrado gobernador a Gedalías, vinieron a éste[p] en Mizpa: Ismael, hijo de Netanías, Johanán, hijo de Carea, Seraías, hijo de Tanhumet netofatita, y Jaazanías, hijo del maacateo, ellos y sus hombres. 24 Y Gedalías les hizo un juramento, a ellos y a sus hombres, y les dijo: No temáis a los siervos de los caldeos; habitad en la tierra y servid al rey de Babilonia, y os irá bien.

25 Pero sucedió que en el séptimo mes, Ismael, hijo de Netanías, hijo de Elisama, de la familia[q] real, vino con diez hombres[r] e hirió a Gedalías, y éste murió junto con los judíos y los caldeos que estaban con él en Mizpa. 26 Entonces todo el pueblo, desde el menor hasta el mayor, y los capitanes de las tropas se levantaron y se fueron a Egipto, porque temían a los caldeos.

 

 

 

LUN ENCUENTRO CON LA PALABRA

REFLEXION

¿Cómo Recuperarse De Los Errores o Del Pecado?
Publicado por: Devocionales en Los Cristianos 0

 

 

“…ASÍ QUEDARÉIS LIBRES DE CULPA…” (Números 32:33)
La aventura de una noche de David con Betsabé trajo repercusiones desoladoras. En el Salmo 32 leemos algunas de las consecuencias del pecado de David. Después de pecar sintió gran culpabilidad, vergüenza y eso hasta afectó su salud física, mientras no estuvo a dispuesto a ponerse a cuentas con Dios. Pero su historia no acaba ahí. Tras ser confrontado por el profeta Natán, David se arrepintió. Después de ocultar su pecado durante muchos años, David entró en razones y buscó a Dios en quebrantamiento de espíritu.

Si quieres saber la forma de recuperarse del pecado y del fracaso, haz lo que hizo David: arrodíllate, abre tu Biblia en el Salmo 51 y ora: “Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. ¡Lávame más y más de mi maldad y límpiame de mi pecado!” (Salmo 51:1-2).

Si no estás seguro de lo que es el arrepentimiento, puedes hacer esta pequeña oración: “Señor, siento de verdad haber pecado. Perdóname en el Nombre de Jesús. Amén.” El verdadero arrepentimiento empieza con la confesión, que significa estar de acuerdo con Dios de que lo que hiciste estuvo mal y necesita rectificarse. David oró: “Contra ti, contra ti solo he pecado; he hecho lo malo delante de tus ojos…” (Salmo 51:4) El arrepentimiento genuino significa reconocer que tu pecado es, sobre todo, una afrenta contra Dios; no da excusas sino que dice: ‘Éste es mi problema y mi pecado. No tengo por qué entregarlo, pero elijo hacerlo. No puedo echar la culpa a nadie, sino a mí mismo.’

¿Tienes que recuperarte de algún fallo o pecado, o estás tratando con alguien que lo está haciendo? El punto de partida es el arrepentimiento.

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

REFLEXION

¡Alto!

 

 

“Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” Filipenses 4:7

En varias películas vemos que tras robos o secuestros, los delincuentes pasan por muchas travesías para salirse con la suya pero al final son atrapados.

Huir pareciera ser lo más conveniente cuando uno no quiere enfrentarse a las consecuencias de sus acciones, por un tiempo esto parece funcionar, hasta que es inevitable enfrentarse a la realidad y a la falta de paz que esto trae.

Quizá sea la vergüenza lo que nos hace callar o repetir el mismo pecado que ya confesamos y prometimos ya no cometerlo, incluso el pensamiento: “para qué confesar si lo volverás a hacer” o muchas otras razones que evitan que hagamos frente a nuestra falta. Esto con el tiempo se vuelve en una carga muy pesada y difícil de llevar en especial cuando decidimos callar y no estar a cuentas con Dios.

Cualquiera que sea el motivo que nos haga huir de Dios, hoy detengámonos para recibir la misericordia y gracia de nuestro Padre amoroso. Posiblemente ante tus ojos o los ojos de los demás no merecemos el perdón ni de Dios pero ese es un concepto alejado de lo que en realidad es el perdón de Dios.

Aunque estés en lo más bajo, Él está ahí extendiéndote su mano para levantarte y perdonarte, no huyas más, porque es como si fuéramos niños huyendo de nuestro padre que quiere darnos un remedio o medicamento que nos sanará de una grave enfermedad.
“El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.” Proverbios 28:13

¡Alto! ya no sigas llevando esa carga, permite que Dios la quite de tus hombros mientras recibes un abrazo de amor y perdón.

 

 

 

Soraida Fuentes
CVCLAVOZ