Hechos 16:4 La Biblia de las Américas

Pablo escoge a Timoteo

16 Llegó también a Derbe y a Listra. Y^[a] estaba allí cierto discípulo llamado Timoteo, hijo de una mujer judía creyente, pero de padre griego, ²del cual hablaban elogiosamente los hermanos que estaban en Listra y en Iconio. ³Pablo quiso que este fuera^[b] con él, y lo tomó y lo circuncidó por causa de los judíos que había en aquellas regiones, porque todos sabían que su padre era griego. ⁴Y conforme pasaban por las ciudades, entregaban los acuerdos tomados por los apóstoles y los ancianos que estaban en Jerusalén, para que los observaran. ⁵Así que las iglesias eran confirmadas en la fe^[c], y diariamente crecían en número.

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

REFLEXION

La libertad de conocer la verdad

Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ

Fuimos condenados a estar separados de Dios por lo que llaman el pecado original. La desobediencia de Adán y Eva. Pero bendito sea Dios que nos ama tanto, que nos libró de tener que hacer rituales y sacrificios para el perdón de nuestras faltas. Ya sabe que somo débiles y nos mostró Su amor aún a pesar de eso.

Es tanto el amor que Dios siente por Su Creación humana, nosotros, los seres humanos, que envió a Su Único Hijo a ser el sacrificio necesario para el perdón de nuestras faltas. Y que cualquiera que crea en Él, en Su vida, Su sacrificio en la cruz y Su resurrección, sea salvo y pueda pasar la eternidad a Su lado.

Es una libertad maravillosa y que no tiene precio, la que Dios nos ha dado. Y debemos apreciarla y por ende, tratar de comportarnos de acuerdo a como le gustaría a Dios que nos comportemos. Amándole de vuelta y dedicando tiempo de calidad a Él. Poniéndolo como prioridad en nuestra vida y en cada uno de nuestros días.

Una libertad sin ataduras que nos perjudican

La libertad que nos otorga Dios nos libera de todo lo que nos ata al mundo y nos hace daño. Toda adicción, toda dependencia que no sea de Dios es rota. Somos libres, y por eso, debemos ser conscientes de la responsabilidad que tenemos al llamarnos cristianos.

Una vida sin temores nos otorga quien nos creó. Porque creemos en Él, en Su poder, en Su amor y Su generosidad, nos sentimos libres y confiados. Dios nos libra de todo mal, Dios nos libra del acecho del enemigo, de las tentaciones. Tan solo se lo tenemos que pedir, pedirle que viva en nosotros.

Y para que viva en nosotros, ese templo, nuestro cuerpo, nuestro corazón, donde queremos que habite, debe permanecer limpio, como santuario de nuestro Amado Dios. Por eso, tenemos que esforzarnos en hacer buen uso de esa libertad de conocer la verdad.

Ustedes son verdaderamente mis discípulos si se mantienen fieles a mis enseñanzas; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.

Juan 8:31-32 (NTV).

Elluz Peraza

CVCLAVOZ