http://unencuentroconlapalabra1.jimdo.com/
http://unencuentroconlapalabra.blogspot.com.co/
https://www.facebook.com/unencuentroconlapalbra
http://www.amigosporisrael.org/
5 Entonces Débora y Barac, hijo de Abinoam, cantaron en aquel día, diciendo:
2 ¡Por
haberse puesto al frente los jefes[a] en
Israel,
por haberse ofrecido el pueblo voluntariamente,
bendecid al Señor!
3 ¡Oíd, reyes; prestad oído,
príncipes!
Yo al Señor, yo cantaré,
cantaré alabanzas al Señor, Dios de Israel.
4 Señor, cuando saliste de
Seir,
cuando marchaste del campo de Edom,
la tierra tembló, también cayeron gotas del cielo[b],
y las nubes destilaron agua.
5 Los montes se estremecieron[c] ante la presencia
del Señor,
aquel[d] Sinaí, ante la presencia del Señor, Dios de Israel.
6 En
los días de Samgar, hijo de Anat,
en los días de Jael, quedaron desiertos[e] los caminos,
y los viajeros andaban por sendas tortuosas.
7 Cesaron los campesinos, cesaron en
Israel,
hasta que yo, Débora, me levanté,
hasta que me levanté, como madre en Israel.
8 Escogieron nuevos
dioses;
entonces la guerra estaba a las puertas.
No se veía escudo ni lanza
entre cuarenta mil en Israel.
9 Mi corazón está con[f] los jefes de
Israel,
los voluntarios entre el pueblo.
¡Bendecid al Señor!
10 Los que cabalgáis en
asnas blancas,
los que os sentáis en ricos tapices,
los que viajáis por el camino, cantad[g].
11 Al sonido de los que dividen
las manadas entre los
abrevaderos,
allí repetirán los actos de justicia del Señor,
los actos de justicia para con sus campesinos en Israel.
Entonces el pueblo del Señor descendió a
las puertas.
12 Despierta,
despierta, Débora;
despierta, despierta, entona un cántico.
Levántate, Barac, y lleva a tus cautivos, hijo de Abinoam.
13 Entonces los sobrevivientes descendieron sobre los
nobles;
el pueblo del Señor vino a mí como
guerreros.
14 De Efraín descendieron los radicados[h] en
Amalec,
en pos de ti, Benjamín, con tus pueblos;
de Maquir descendieron jefes,
y de Zabulón los que manejan vara de mando[i].
15 Los[j] príncipes de
Isacar estaban con
Débora;
como Isacar, así también Barac;
al valle se apresuraron pisándole los talones[k];
entre las divisiones de Rubén
había grandes resoluciones
de corazón.
16 ¿Por qué te sentaste entre los
rediles,
escuchando los toques de flauta para los rebaños?
Entre las divisiones de Rubén
había gran escudriñamiento
de corazón.
17 Galaad se quedó[l] al otro lado del
Jordán.
¿Y por qué se quedó Dan en las naves?
Aser se sentó a la orilla del mar,
y se quedó[m] junto a sus puertos.
18 Zabulón era pueblo que despreció su
vida hasta la
muerte.
Y también Neftalí, en las alturas del campo.
19 Vinieron
los reyes y pelearon;
pelearon entonces los reyes de Canaán
en Taanac, cerca de las aguas de Meguido;
no tomaron despojos de plata.
20 Desde los cielos las estrellas
pelearon,
desde sus órbitas pelearon contra Sísara.
21 El torrente Cisón los
barrió,
el antiguo torrente, el torrente Cisón.
Marcha, alma mía con poder.
22 Entonces resonaron[n] los cascos de los
caballos
por el galopar, el galopar de sus valientes corceles[o].
23 “Maldecid a Meroz”, dijo el ángel
del Señor,
“maldecid, maldecid a sus moradores;
porque no vinieron en ayuda del Señor,
en ayuda del Señor contra los
guerreros.”
24 Bendita
entre las mujeres es Jael,
mujer de Heber ceneo;
bendita sea entre las mujeres de la tienda.
25 El pidió agua, y ella le dio
leche;
en taza de nobles le trajo cuajada[p].
26 Extendió ella la mano hacia la estaca de la
tienda,
y su diestra hacia el martillo de trabajadores.
Entonces golpeó a Sísara, desbarató su cabeza;
destruyó y perforó sus sienes.
27 A[q] sus pies él se encorvó, cayó,
quedó tendido;
a[r] sus pies se encorvó y cayó;
donde se encorvó, allí quedó muerto[s].
28 Miraba
por la ventana y se lamentaba
la madre de Sísara, por las celosías[t]:
“¿Por qué se tarda en venir su carro?
¿Por qué se retrasa el trotar[u] de sus carros?”
29 Sus sabias princesas le
respondían,
aun a sí misma ella repite sus palabras:
30 “¿Acaso no han hallado el
botín y se lo están
repartiendo?
¿Una doncella, dos doncellas para cada guerrero;
para Sísara un botín de tela de colores,
un botín de tela de colores bordada,
tela de colores de doble bordadura en el cuello del victorioso[v]?”
31 Así perezcan todos tus enemigos,
oh Señor;
mas sean los que te aman como la salida del sol en su fuerza.
Y el país tuvo descanso por cuarenta años.
REFLEXION
La Paz de Dios Según La
Biblia
Publicado por: Devocionales en Devocional Diario 0
“…NO SE TURBE VUESTRO CORAZÓN NI TENGA MIEDO” (Juan 14:27)
¿Donde Encontrar La Paz de
Dios?
La preocupación es algo que permites, la paz es algo que procuras. Jesús dijo: “…No se turbe vuestro corazón ni tenga miedo” (Juan 14:27). Significa que puedes controlar lo que se alberga en tu
mente. ¿Cómo? Haciendo dos cosas:
1) Llenándote de la Palabra
de Dios.
No la Palabra que lees de pasada, sino la que procesas mentalmente, la aplicas a cada circunstancia y a la que te aferras en momentos de crisis.
2) Dejando toda situación
en las manos de Dios, confiadamente.
Esta oración te ayudará a hacerlo: “Señor, ¡mi vida es un caos! Todos me reclaman. Hay demasiadas cosas por hacer y no bastante tiempo para hacerlas. Mi cabeza está abarrotada de toda clase de
basura y mi corazón está a punto de romperse. Señor, ¿dónde estás? Me siento como los discípulos cuando estaban en medio de la tempestad y los vientos y las olas azotaban la barca. Mi súplica es
la misma que la de ellos:
‘Que alguien traiga a Jesús, me voy a ahogar’ Las tormentas de la vida casi han hundido mi barca; no puedo más. Príncipe de Paz, te necesito. Padre, Tú que nunca duermes ni te adormeces, toma el control.
¿Dónde Esta La Paz de
Dios?
Necesito el consuelo y la valentía que provienen del Espíritu Santo. Habla, Señor, porque el viento todavía recuerda el sonido de tu voz. Haz que te encuentre en un lugar de reposo, un lugar
donde pueda descansar mi cabeza en tu pecho, oír los latidos de tu corazón y sentirme seguro. Amén”