Hebreos 9:7-8

 

 

 

 

El santuario terrenal

 

 

 

 

Ahora bien, aun el primer pacto tenía ordenanzas de culto y el santuario terrenal.Porque había un tabernáculo[a] preparado en la parte anterior[b], en el cual estaban el candelabro, la mesa y los panes consagrados[c]; éste se llama el Lugar Santo. Y detrás del segundo velo había un tabernáculo llamado el Lugar Santísimo, el cual tenía el altar de oro del incienso[d] y el arca del pacto cubierta toda de oro, en la cual había una urna de oro que contenía el maná y la vara de Aarón que retoñó y las tablas del pacto; y sobre ellaestaban los querubines de gloria que daban sombra al propiciatorio; pero de estas cosas no se puede hablar ahora en detalle. Así preparadas estas cosas, los sacerdotes entran continuamente al primer[e] tabernáculo para oficiar en el culto; pero en el segundo, sóloentra el sumo sacerdote una vez al año, no sin llevar sangre, la cual ofrece por sí mismo y por los pecados del pueblo cometidos en ignorancia[f]Queriendo el Espíritu Santo dar a entender esto: que el camino al Lugar Santísimo[g] aún no había sido revelado en tanto que el primer tabernáculo permaneciera en pie; lo cual es un símbolo para el tiempo presente, según el cual se presentan ofrendas y sacrificios que no pueden hacer perfecto en su conciencia al que practica ese culto, 10 puesto que tienen que ver sólo con comidas y bebidas, y diversas abluciones[h] y ordenanzas para el cuerpo[i], impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas.

 

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

 

 

 

 

 

Promesas – Donde hay un deseo… un camino!

 

 

 



La frase “Donde hay un deseo… hay un camino” se aplica a casi todas las circunstancias de la vida.

Cuando nuestra voluntad está de acuerdo con la voluntad de Dios, con su divina ayuda podemos lograr cualquier cosa.

Filipenses 4:13
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.

2 Corintios 12:9
Y El me ha dicho: Te basta mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, muy gustosamente me gloriaré más bien en mis debilidades, para que el poder de Cristo more en mí.

Efesios 3:16
que os conceda, conforme a las riquezas de su gloria, ser fortalecidos con poder por su Espíritu en el hombre interior;

Colosenses 1:11
fortalecidos con todo poder según la potencia de su gloria, para obtener toda perseverancia y paciencia, con gozo

1 Timoteo 1:12
Doy gracias a Cristo Jesús nuestro Señor, que me ha fortalecido, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio;

 

 

 

 

 

Un Encuentro Con la Palabra

 

 

 

 

 

REFLEXION

¡Señor Jesús, abre mis ojos!
Publicado por Devocionales 

 

 

 

 



“ABRE MIS OJOS Y MIRARÉ…” (Salmo 119:18)

El milagro que Jesús hacía más a menudo era devolver la vista a los ciegos. 

En una ocasión, tocó a un hombre ciego que exclamó: “Veo los hombres como árboles, pero los veo que andan” (Marcos 8:24).

Dicho de otra forma: “Estoy mejor de lo que estaba antes.

Puedo ver algo, pero no puedo discernir bien lo que es”. 

Así que Jesús le tocó de nuevo, despejando su visión, quitando sus limitaciones, y liberándolo para convertirse en el hombre que Dios quería que fuese.

Hay una enseñanza para ti en esto. 

Sin una visión, vas dando bandazos por la vida, ciego a:

(a) Quién es Dios y qué es lo que Él puede hacer;

(b) Quién eres tú y qué es lo que puedes lograr en su fuerza.

Edison vio luces incandescentes antes de que se encendiera la primera bombilla.

Bill Gates vio un PC en todas las oficinas y hogares incluso cuando los expertos le decían: “No en nuestra generación”.

Cuarenta años antes de que el primer israelita la pisara, Moisés vio la Tierra Prometida (ver Hebreos 11:27-29).

Dios puede estar actuando a tu alrededor de diversas formas, y sin embargo no lo ves porque, espiritualmente, estás ciego.

¿Recuerdas a los dos discípulos en el camino a Emaús?

Leemos que, sólo después de que Jesús anduviese con ellos durante más de once kilómetros, explicándoles las Escrituras, “(E)[e]ntonces les fueron abiertos los ojos y Lo reconocieron…” (Lucas 24:31).

¿Cómo se manifiesta el Señor a cada uno de nosotros?

¿En catedrales y conferencias?

Algunas veces. 

Pero en general, Él nos abre el entendimiento al leer su Palabra; es entonces cuando empezamos a verle obrar como nunca antes lo habíamos visto.

Así que, ¿por qué no haces hoy “un alto en el camino” y oras: “Señor, abre mis ojos…” (ver Mateo 20:33)?