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Lucas 11:11-20, 26-38 La Biblia de las Américas (LBLA)

Jesús enseña sobre la oración

11 O suponed que a uno de vosotros que es padre, su hijo le pide[i] pan; ¿acaso le dará una piedra? O si le pide un[j] pescado; ¿acaso le dará una serpiente en lugar del pescado? 12 O si le[k] pide un huevo; ¿acaso le dará un escorpión? 13 Pues si vosotros siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial[l] dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?

14 Estaba Jesús echando fuera un demonio, que era mudo, y sucedió que cuando el demonio salió, el mudo habló; y las multitudes se maravillaron. 15 Pero algunos de ellos dijeron: Él echa fuera los demonios por Beelzebú, príncipe de los demonios. 16 Y otros, para ponerle[m] a prueba, demandaban de Él una señal[n] del cielo. 17 Pero conociendo Él sus pensamientos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo es asolado; y una casa dividida contra sí misma[o], se derrumba. 18 Y si también Satanás está dividido contra sí mismo, ¿cómo permanecerá en pie su reino? Porque vosotros decís que yo echo fuera demonios por Beelzebú. 19 Y si yo echo fuera demonios por Beelzebú, ¿por quién los echan fuera vuestros hijos? Por consiguiente, ellos serán vuestros jueces. 20 Pero si yo por el dedo de Dios echo fuera los demonios, entonces el reino de Dios ha llegado a vosotros. 

 26 Entonces va y toma consigo otros siete espíritus peores que él, y entrando, moran allí; y el estado final de aquel hombre resulta peor que el primero.

27 Y sucedió que mientras decía estas cosas, una de las mujeres en la multitud alzó su voz y le dijo: ¡Dichosa la matriz[r] que te concibió[s] y los senos que te criaron! 28 Pero Él dijo: Al contrario, dichosos los que oyen la palabra de Dios y la guardan.

La gente demanda señal

29 Como la multitud se aglomeraba, comenzó a decir: Esta generación es una generación perversa; busca señal[t], y ninguna señal[u] se le dará, sino la señal[v] de Jonás. 30 Porque de la misma manera que Jonás vino a ser una señal[w] para los ninivitas, así también lo será el Hijo del Hombre para esta generación. 31 La Reina del Sur se levantará en el juicio con los hombres de esta generación y los condenará, porque ella vino desde los confines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón; y mirad, algo más grande que Salomón está aquí. 32 Los hombres de Nínive se levantarán en el juicio con esta generación y la condenarán, porque ellos se arrepintieron con la predicación de Jonás; y mirad, algo más grande que Jonás está aquí.

33 Nadie, cuando enciende una lámpara, la pone en un sótano ni debajo de un almud, sino sobre el candelero, para que los que entren vean la luz. 34 La lámpara de tu cuerpo es tu ojo; cuando tu ojo está sano[x], también todo tu cuerpo está lleno de luz; pero cuando está malo, también tu cuerpo está lleno de oscuridad. 35 Mira, pues, que la luz que en ti hay no sea oscuridad. 36 Así que, si todo tu cuerpo está lleno de luz, sin tener parte alguna en tinieblas, estará totalmente iluminado como cuando la lámpara te alumbra con sus rayos.

37 Cuando terminó de hablar, un fariseo le rogó* que comiera con él; y Jesús entró y se sentó[y] a la mesa. 38 Cuando el fariseo vio esto, se sorprendió de que Jesús no se hubiera lavado[z] primero antes de comer, según el ritual judío. 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

 

REFLEXION

Orar creyendo.

Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ

Por lo general sentimos que estamos creyendo cuando oramos. No tenemos una manera de medir el nivel de fe con el que nos estamos dirigiendo a Dios, pero el sólo hecho de ir ante su Presencia implica que tenemos fe en que Él está ahí y nos está escuchando, aunque no lo vemos. Eso es fe.

Lo que sucede es que, en nuestra visión humana, hay cosas que pedimos, pero que en el fondo no pensamos que van a ser posibles, o no sentimos que las merecemos y por tanto, las pedimos porque las queremos pero no confiamos en que las vamos a recibir. Y mucho menos si Dios se demora en respondernos, lo que suele suceder mayoría de las veces porque Dios está fortaleciendo nuestra paciencia.

Sin embargo, en la Biblia podemos leer que sólo necesitamos la fe del tamaño de una semilla de mostaza. Pero en ese caso, esa mínima porción de fe tiene que ser sin dudas en ningún lugar de nuestra mente o nuestro corazón.

Crean que ya han recibido todo lo que estén pidiendo en oración, y lo obtendrán.

Marcos 11:24 (RVR1960)

No hay nada que afiance más la fe, como estar tan seguros de la respuesta, que de una vez agradecemos por ella. Dando gracias, sí, es así como debemos orar. Como lo dice en Filpenses 4:6: “No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias”. (RVR1960)

Presenta tus peticiones delante de Dios y confía en Él.

Elluz Peraza

CVCLAVOZ

 

 

UN ENCUENTRO CON LA PALABRA

 

 

REFLEXION

Él sabía.

Reflexiones cristianas diarias por CVCLAVOZ

Hace varios años, un tren que atravesaba los extensos despoblados de Estados Unidos, fue el escenario de un acontecimiento terrible.

El fogonero de un tren había abierto la puerta del horno para echar más carbón; en el mismo instante una columna de aire que entró por la chimenea arrojó una llamarada de fuego en el rostro de aquel hombre, quien loco de dolor abandonó su puesto, sin cerrar la puerta como debía, lo que llevó a las llamas a prender fuego en el depósito del carbón.

La poderosa máquina marchaba a gran velocidad, y nadie podía ocuparse del control de la misma. Los viajeros que se encontraban en aquel tren eran víctimas del miedo y el terror viendo su trágico fin.

De repente José Sieg, el maquinista del tren, avanzó entre las llamas hasta llegar a la puerta del horno; con un supremo esfuerzo cerró la puerta que estaba casi incandescente, parando el tren a continuación.

Cuando volvió a salir de aquel mar de fuego su cuerpo estaba envuelto en llamas, y sin demora se precipitó en el depósito de agua, para mitigar su dolor. Lo sacaron al momento, pero el cuerpo de aquel héroe ya estaba sin vida, víctima de tan terribles quemaduras.

El tren ya había parado, y aquellos setecientos viajeros se habían congregado ante el cadáver de su salvador, mostrando en sus rostros el profundo agradecimiento que sentían hacia aquel que les había salvado la vida.

Esta historia nos ilustra el sacrificio que un hombre tuvo que hacer para salvar a cientos de pasajeros que iban en ese tren. Quizás no conocía a ni uno solo, pero estuvo dispuesto a dar su vida por salvarlos, posiblemente no pensó en la consecuencia de sus actos, simplemente puso su vida.

A diferencia del maquinista, Jesús ya sabía a qué venía a la tierra. Él estaba consciente de que sería rechazado, maltratado, humillado y crucificado por amor a la humanidad; y aún así, sin escatimar su vida, se hizo hombre y aún pudiendo salvarse decidió entregarse por nosotros.

Si Jesús, siendo Dios, fue capaz de dar su vida para salvarnos, ¿Qué estás dispuesto a hacer tú por Él?

Tito 2:14 dice:

“Él dio su vida para liberarnos de toda clase de pecado, para limpiarnos y para hacernos su pueblo, totalmente comprometidos a hacer buenas acciones” (NTV)

¿Cómo estás viviendo? ¿La gente puede ver en ti a un verdadero seguidor de Jesús? ¿Reconoces el sacrificio que hizo por ti?

Este tiempo recordamos con agradecimiento el enorme amor y sacrificio que nuestro Salvador hizo por cada uno de nosotros, pero, ¿Sólo lo recuerdas en estas fechas o tu vida y acciones le dan las gracias todos los días?

Jesús no vino a la tierra sin saber qué pasaría, Él conocía todo y aún así decidió morir por ti y por mí, vivamos honrando el amor inigualable de Dios.

Ana María Frege Issa

CVCLAVOZ