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Isaías 38:19  La Biblia de las Américas (LBLA)

Enfermedad y curación de Ezequías

 

 

 

 

38 En aquellos días Ezequías cayó enfermo de muerte. Y vino a él el profeta Isaías, hijo de Amoz, y le dijo: Así dice el Señor: “Pon tu casa en orden, porque morirás y no vivirás.” Entonces Ezequías volvió su rostro hacia la pared y oró al Señor, y dijo: Te ruego, oh Señor, que te acuerdes ahora de cómo yo he andado delante de ti en verdad y con corazón íntegro, y he hecho lo bueno ante tus ojos. Y Ezequías lloró amargamente[a]. Entonces la palabra del Señorvino a Isaías, diciendo: Ve y di a Ezequías: “Así dice el Señor, Dios de tu padre David: ‘He escuchado tu oración y he visto tus lágrimas; he aquí, añadiré quince años a tus días. ‘Y te libraré a ti y a esta ciudad de la mano[b] del rey de Asiria, y defenderé esta ciudad.’” Esta será para ti la señal del Señor, de que el Señor hará lo que ha dicho: He aquí, haré que la sombra en las gradas, que ha descendido con el sol en las gradas de Acaz, vuelva atrás diez grados[c]. Y la sombra del sol retrocedió diez grados[d] en las gradas por las que había descendido.

Escritura de Ezequías, rey de Judá, cuando enfermó y sanó[e] de su enfermedad.

10 Yo dije: A la mitad de mis días
he de entrar por las puertas del Seol[f];
se me priva del resto de mis años.
11 Dije: No veré al Señor,
al Señor en la tierra de los vivientes;
no veré más hombre alguno entre los habitantes del mundo.
12 Como tienda de pastor, mi morada es arrancada y alejada de mí;
como tejedor enrollé mi vida.
Del telar, El me cortó;
del día a la noche acabas conmigo.
13 Sosegué mi alma hasta la mañana.
Como león, El rompe todos mis huesos;
del día a la noche, acabas conmigo.
14 Como golondrina, como grulla, así me quejo[g],
gimo como una paloma;
mis ojos miran ansiosamente a las alturas.
Oh Señor, estoy oprimido, sé tú mi ayudador.

15 ¿Qué diré?
Pues[h] El me ha hablado y El mismo lo ha hecho.
Andaré errante todos mis años a causa de la amargura de mi alma.
16 Oh Señor, por estas cosas[i] viven los hombres,
y en todas ellas está la vida de mi espíritu.
Restabléceme la salud y haz[j] que viva.
17 He aquí, por mi bienestar tuve gran amargura;
eres tú quien ha guardado[k] mi alma del abismo de la nada[l],
porque echaste tras tus espaldas todos mis pecados.
18 Pues el Seol no te expresa gratitud,
ni la muerte te alaba.
Los que descienden a la fosa no pueden esperar tu fidelidad[m].
19 El que vive, el que vive es el que te da gracias, como yo lo hago hoy.
El padre cuenta a sus hijos tu fidelidad[n].
20 El Señor me salvará;
y tocaremos mis canciones en instrumentos de cuerda
todos los días de nuestra vida en la casa del Señor.

21 E Isaías había dicho: Que tomen una masa de higos y la pongan en la llaga[o]para que se recupere. 22 Entonces Ezequías había dicho: ¿Cuál será la señal de que subiré a la casa del Señor?

 

 

 

 

 

LUN ENCUENTRO CON LA PALBRA

 

REFLEXION

¿Cómo Es La Vista Desde La Montaña? Versión Jesús
Publicado por: Devocionales en Devocional Diario 0

 

 

 

“…JESÚS TOMÓ A PEDRO, A JACOBO Y A… JUAN… A UN MONTE ALTO” (Mateo 17:1)
Fíjate en tres cosas.

(1) No todos son aptos para subir al monte.
Jesús escogió a los tres que tenían que ir. No llamó a todos sus discípulos, ni les explicó o se disculpó con aquellos que se quedaron abajo. Dios nos ama a todos por igual, pero no nos da a todos el mismo grado de experiencias con Él. Dios es el que llama, no nosotros, por lo que puedes confiar en Él. Él sabe lo que está haciendo.

(2) Los que suben no son necesariamente más sabios o más espirituales.
Tras ver a Jesús transfigurado en el resplandor de la gloria de Dios, Pedro dijo sin tino: “Si quieres, haremos aquí tres enramadas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías” (Mateo 17:4). Pedro fue sincero, pero estaba sinceramente equivocado. Resiste la tentación de hablar, en lugar de esperar a oír lo que Dios tiene que decir, o de proyectar tu ministerio en torno a una experiencia que tuviste con Dios diseñada para equiparte personalmente, y no para que se convierta en el tema y el énfasis de tu vida.

(3) El plan de Dios es manifestar a Jesús y no a ti, y ésta es una lección que tenemos que aprender una y otra vez.
“Mientras él aún hablaba, una nube de luz los cubrió y se oyó una voz desde la nube, que decía: “Éste es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd” “Cuando ellos alzaron los ojos, no vieron a nadie, sino a Jesús sólo” (Mateo 17:5-8). El mayor desafío de tu vida es alcanzar el lugar donde te centras en “nadie más que Jesús”. La relación más importante que puedas tener es con Él. El único plan que puede salir bien es el que Él te ha dado. Y el poder necesario para cumplir ese plan, viene sólo de Él.

“SI TENÉIS FE” (Mateo 17:20)
Cuando los discípulos descendieron del monte de la transfiguración se encontraron con un chico epiléptico que no dejaba de tirarse al fuego, o al agua. El padre destrozado le dijo a Cristo, “Lo he traído a tus discípulos, pero no lo han podido sanar” (Mateo 17:16). Inmediatamente “Jesús reprendió al demonio, el cual salió del muchacho, y este quedó sano desde aquella hora” (Mateo 17:18). Fíjate en lo siguiente:

(4) Las experiencias en la cima de la montaña son para equiparnos contra el próximo enfrentamiento enemigo.
Si no entiendes esto, no estarás preparado para los próximos desafíos.

(5) Somos llamados a ministrar a gente que cae en situaciones donde es herida.
Se necesita más que personalidad y una trivialidad religiosa para liberarlos. A los discípulos de Cristo les faltaba poder porque les faltaba oración. Jesús dijo: “…pero este género no sale sino con oración y ayuno.” Si seguimos haciendo lo de siempre, obtendremos los resultados de siempre. La oración persistente y que prevalece, es el precio que tenemos que pagar para caminar en el poder de Dios.

(6) Debemos de elevarnos por encima de las actitudes que están a nuestro alrededor.
Jesús se enfrentó a la esencia del problema: ¡Oh generación incrédula y perversa! (Mateo 17:17). Estamos enfrentando la falta de fe de una generación moldeada por unos medios de comunicación laicos y unos valores apartados de Dios. Si lo permitimos, esto nos derrotará. Pero podemos ganar. Aquel día, Jesús dijo: “De cierto os digo que si tenéis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: “Pásate de aquí allá”, y se pasará; y nada os será imposible (Mateo 17:20-21). Observa dos cosas: (a) “… si tenéis fe…”. Los que están a tu alrededor, no tienen que tener fe para tú ver los resultados; (b) No tienes que ser un gigante espiritual; sólo tienes que usar tu diminuta semilla de mostaza, y Dios moverá la montaña.

 

 

 

 

LUN ENCUENTRO CON LA PALBRA

 

REFLEXION

Prueba quién eres

 

 

El famoso artista Gustave Doré se presentó un día a un alcalde de una ciudad de Francia en busca de un favor, alegando la fama de su nombre.


- Conozco las pinturas de Gustavo Doré – dijo el alcalde-, pero ¿tiene algún documento certificatorio que acredite que usted es el célebre artista?


- No, señor, pero dispénseme por unos momentos.Y sacando un papel y lápiz del bolsillo se fue a la ventana y en pocos momentos dibujó el panorama que tenía delante de sí y lo presentó al alcalde.


- Señor- dijo éste-, ahora veo que usted es realmente Gustavo Doré, el dibujo vale bien en vez de certificado. Nuestros actos siempre valdrán más que nuestras palabras porque son testimonio de lo que somos.


Cuando decimos ser “cristianos” llevamos una responsabilidad muy grande ya que no es sólo un título, sino que afirmamos que somos como Jesús; lo que implica que debemos buscar tener sus cualidades, tratar cada día de ser más como Él, vivir rectamente y en amor.


“Por lo tanto, imiten a Dios en todo lo que hagan porque ustedes son sus hijos queridos. Vivan una vida llena de amor, siguiendo el ejemplo de Cristo. Él nos amó y se ofreció a sí mismo como sacrificio por nosotros, como aroma agradable a Dios”. Efesios 5:1,2
Quizás en muchas oportunidades no pudiste hablar de tu fe o la gente no quiso escucharte pero tus actos, tu vida, tu familia, todo cuanto haces (aún las más pequeñas cosas) dicen mucho más de ti que las palabras.


Vive rectamente, de manera que todos quieran saber qué es aquello que te hace especial y diferente y busquen imitarte.

 

 

Ana María Frege Issa
CVCLAVOZ